Hemos oido miles de veces a lo largo de nuestra vida, "Ojo por ojo, diente por diente" y otras veces "ojo por ojo y el mundo acabara ciego" hemos de ser aquellos hombres y mujeres de piedad y misericordia. No podemos seguir viviendo en un mundo donde nos alegremos de la tragedia del hermano, donde su enfermedad sea motivo de alegría y su desgracia sinónimo de sonrisa.
Debemos salir a su encuentro, estar en disposición a los demas, con amor y dulzura, aunque nos cueste. Aunque el odio y el rencor sea mayor al amor que debamos dar.
No podemos estar cruzados de brazos frente aquel que busca el perdón y el dulce abrazo de Dios en una mirada tierna. Abran las puertas de su corazón al más necesitado, abran las puertas al consolar, que así le abriras las puertas a Cristo.
Dios quiere que nuestro corazón sea misericordioso, como cuando Él nos perdona con la suave caricia de la reconciliación, si preguntarnos por qué, ni cómo, solo nos cobija en su regazo como una madre a su bello rubiales, y nosotros dormir en su amada paz.
Es un llamado, es una petición. Juan Pablo II decía al comienzo de su largo pontificado "no tengan miedo". Y el no tuvo miedo y nos abrio su corazón. Sigamos su ejemplo y tengamos misericordia.
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"la sonrisa de Dios, es la muestra de su Amor"
EspiritualDios se manifiesta de muchas formas, aquí descubriras de que forma lo ha hecho o quieres en tu vida.
