esta historia es una de las muchas que tengo en borrador y que ahora público por el simple hecho de sentirme triste por mi insatisfactorio libró.
esta historia sería un "Que hubiera pasado si..." pero utilizando a uno de los tantos descendientes de...
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9 de agosto del 2013
Era una noche tranquila en el océano Pacífico, sus enormes olas🌊producían un sonido relájante mientras la Luna llena ilumina el bastó océano en una escena digna de en sueño apesar de lo que puede ocultarse debajo en las profundidades.
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Las aguas pronto se vieron perturbadas por un gran estruendo acompañado de una luz en el Fondo que provoca que a la superficie salgan unas burbujas y en eso, una gran masa de carne de dos metros de alto y 40 centímetros de ancho saldría la superficie, de aspecto carnoso, blando y de un olor repugnante, comenzaría a ser llevado por las olas del mar.
20 minutos transcurrieron y, finalmente, la masa llegaría a la costa abandonada de una playa, observándose como la arena ante el mero contactó se ilumina en un hermoso color azul fosforescente que genera una reacción en cadena por todo el sitio, dejando una escena bella a la vista.
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El extraño cuerpo carnoso se mantuvo Quieto por alrededor de otros 30 minutos que se hicieron casi eternos hasta que un sonido se hizo presenté, y tal sonido provenía del trozo de carne.
De pronto, bajo la luz de su único avistador, la Luna sería testigo de como la masa de carne produce un sonido se crujir, tras lo cual está explota en una niebla de..¿sangre? No se sabría, únicamente se vería como algo sale de la masa ahora reconocida como una placenta, ya que de su interior salió un ciempiés de proporciones anti-naturales ya que media 50 centímetros de largo y 50 de ancho, luciendo un voluminoso pero grueso caparazón color azul marino que era poco visible entre la oscuridad.
La pequeña bestia saco sus más de 100 patas de aspecto afilado y grueso capaces de soportar su tamaño para moverse por la arena que brillaria ante su caminar veloz que iba hacia donde pudiera esconderse.
El sonido rápido y fugaz de sus patitas clavandose y desenterrandose de la arena y tierra era lo unico que se escuchaba aparte de los grillos a la lejanía, hasta que porfin enfocamos a uno de los pocos habitantes del sitio. Un conejo de pelaje marrón daba pequeños saltos entre la maleza de una pequeña selva, no sabiéndose porque estaba o que hacia ahí, pero ahora mismo estaría comiendo unas hierbas bien tranquilo como el animal silvestre que era.
En su comida rápidamente este se siente perturbado por una presencia, ante lo cual alza sus orejas y las mueve de lado a lado intentando captar algún sonido sospechoso y asi correr a su madriguera, no pasando mucho antes de continuar comiendo, pero, nuevamente algo perturba su alimentación y mueve nuevamente sus orejas intentando buscar a su enemigo invisible, hasta que en un movimiento, la cabeza del conejo fue arrancada del cuello, seguido de ello el gran ciempiés comienza a consumir el cadáver de una forma brutal sin importarle comerse incluso los huesos que crujen y se quiebran debajo de su mandibula la cual era muy similar a la de los humanos.
Usando sus pinzas este destroza el cuerpo extrayendo los intestinos que consume dejandolos caer poco a poco sobre su boca, generando un espectáculo sangriento de sangre que únicamente sería visto por la Luna que se asoma entre las hojas de los árboles y otros conejos que rápidamente se van a esconder aterrorizados por sentirse amenazados ante la presencia del Super depredador.
Unas horas habrían pasado y en el Orizonte se podría observar como el sol poco a poco se iría asomando, dando una vista hermosa...lo que no sería hermoso sería el hecho de que en el bosque habria ocurrido una masacre, habiendo un total de veinte conejos muertos y mutilados, todos devorados hasta que quedaron solo sus restos junto a demasiadas manchas de sangre.
El ciempiés estaba erguido sobre sus patas observando la masacre que había provocado y teniendo entre sus enormes pinzas la cabeza decapitada de uno de los conejos clavada por las puntas afiladas de estas.
Junior —grrr... -gruño como un animal antes de proseguir a devorar la cabeza masticandola con sus dientes y tragandosela hecha pedazos con craneo y todo-
El pequeño monstruo se abrió paso entre la vegetación, dejando un regadero de sangre a su paso a causa de la que se pego a su caparazón por tal matanza, recorriendo una distancia de medio kilómetro en la cual mató a más animales que pudo consumir hasta que en un punto en concreto se detuvo, comenzando a tener leves espasmos.
Junior —Eeek..! -comenzo a hacer ruidos extraños antes que su propia sangre que era similar a la de los humanos comenzo a salir de debajo de su caparazón-
De las aperturas que tenía de su gruesa piel y el caparazón, sangre se comenzó a derramar haciendo que la parte inferior de su cuerpo tome un tono rojizo antes que el ciempiés caiga sumergido en un profundo dolor que poco a poco se fue haciendo más y más potente además de insoportable.
¿Que estaría ocurriendo en el cuerpo del ciempiés? Fácil, su cuerpo estaría evolucionando para mejorar sus capacidades de forma automática aún que esto sea horriblemente doloroso.
Transcurridos unos cuantos segundos y se formó un enorme charco de sangre que culminó viendose como trozos del exoesqueleto azulado caen al suelo junto a pedazos de carne, observándose de igual forma como el ciempiés se levantan tebloroso a causa del dolor con un nuevo caparazón, ahora este siendo de un color más violeta además de observarse como ahora en su cara se habrían formado otro par de ojos encima de los originales, siendo estos más grandes y recubiertos de una membrana para protegerlos.
Junior —¡¡¡GRROOOAAAAAAAARRRR!!! -rugio el ciempiés en una mezcla de dolor y rabia, provocando que las aves alcen vuelo escapando de alli-
La bestia una vez finalizada su transformación procedió a marcharse dejando el gran desastre que dejó para alimentarse ya que esta evolución tan rápidamente lo dejó hambriento.
