CAPÍTULO 1

28 13 3
                                    


—UN TRABAJO IMPORTANTE—

Jae Min

—Venga, es hora de presentaciones. Una limusina negra nos está esperando en el aparcamiento de la entrada. —agregó mi compañero apareciendo en mi campo de visión tras abordar el avión.

Nam Joon, era alguien esbelto. De porte elegante. Con el pelo castaño, la nariz pequeña y bonita, y unos gruesos labios.

Pocas veces lo he visto reír, pero cuando lo ha hecho, se ve genial, y esos hoyos en las mejillas le dan un toque sexy a su sonrisa.

Su personalidad era la de una persona estudiada, con moral, perfecto hablar, correctamente organizada y pulcra. Nunca le había visto despeinado o con ropa casual.

Siempre su pelo estaba engominado por el gel, su traje perfectamente elegante y planchado. Por esa razón cuando le vi el aspecto al recogerme horas antes me había caído de culo al ver lo guapo que era y nunca me había dado cuenta.

Bufé por todo. Por el cansancio, por que ya había oído rumores del príncipe, y había buscado información entre internet, en la cual habían artículos que ponían varios escándalos que lo inmiscuían, y créanme ni de una buena forma.

No me apetecía estar aquí, porque extrañaba a mi padre y a mi perro Chango, un pequeño chihuahua que cuando le da hambre parece tener adentro mil demonios.

— Si, enseguida te sigo. Debo ir al baño. —asintió y se apresuró a decir con torpeza.

— Yo llevaré tus cosas. —le sonreí genuinamente.

— Te veo enseguida. No tardo. —aseguré y le di la espalda para encaminarme hacia el sanitario de damas.

Necesitaba apresuradamente unos minutos a solas.

Cuando estuve en el baño, me miré al espejo. Respiré hondo y me refresqué con un poco de agua, me eché unos chorros en la cara y pasé mis manos mojadas por el cuello también.

Volví a mirarme al espejo y con cara de desánimo sequé mi rostro con una toalla pequeña que me cargaba en el bolso y miré que mi ropa estuviera correcta. También mi peinado. Me tomé el tiempo que necesitaba, ya comenzaba a estresarme y eso que no había llegado ni al auto que me llevaría al establecimiento.

No es que tuviera la mejor ropa, pero por lo menos había escogido lo mejor y más caro de mi armario para llegar bien vestida. Presentable si que estaba.

Salí de allí y me encaminé hacia donde Nam Joon me esperaba junto al chofer del vehículo. Una pequeña sonrisa se hizo presente en los labios de mi compañero y yo le seguí.

Había algo raro entre nosotros. Aún recuerdo el cálido beso en la mejilla que me pegó mientras nos tomábamos unas copas celebrando mi ascenso como Teniente, la misma posición en la que él estaba, y por ende uno de los mayores rangos después de los jefes de la compañía o sea los Teniente Coronel.

Todos los escoltas de la compañía pasamos el servicio militar, así que, por eso los cargos militares. Siempre fue mi sueño desempeñar cargos militares y mi papá siempre me impulsó a cumplirlo.

Mamá nos regañaba siempre que nos escuchaba hablar de ello pero al final, antes de irse al cielo me dijo con una sonrisa que fuera lo que yo quisiera. Que ella iba a ser feliz siempre que yo lo fuera.

Aquel beso de Nam se sintió bien, y aunque no fue en los labios, había sido raro, con un sentimiento extraño, pero nadie habló del acontecimiento al día después y ahí quedó.

— Casi me preguntaba si estabas teniendo problemas con el cierre de la puerta.

Su comentario me permitió carcajearme.

— Tranquilo, solo respiraba y tomaba fuerzas. Empiezo a agobiarme por los rumores de la compañía en cuanto al príncipe Park Ji Min.

No dijo nada, después de que caballerosamente me abriera la puerta del auto, y le agradeciera, se adentró junto conmigo.

— Jae, no deberías taladrarte la cabeza con eso. Puede que sea cierto, puede que no. —me tranquilizó— Yo, he conocido ya a los reyes, y son amables. Al joven no lo pude conocer ya que estaba en la universidad. Pero puedo asegurarte que no todo lo que se rumorea y hay en internet es cierto.

Asentí y decidí no hablar más. La verdad es que, a pesar de ser una época tan actual, la realeza coreana es muy aclamada dentro y fuera de Corea. Algo que descoloca un poco pero es real.

Les juro que como hubiera sabido que la competencia era para ganarse el puesto de escolta de un príncipe ahí mismo le hubiera cedido el trono a cualquier otro para que otro ocupara mi puesto.

El sueldo me viene de maravilla, es un pastón, pero no es para menos escoltando a un príncipe y hasta tengo días libres, por lo menos tan horrible no sería.

Será la mitad de un año en el que estaré trabajando arduamente pero después, pienso agarrar unas largas vacaciones. Esto será estresante y cansino, digo, si es que me renuevan el contrato, porque por otro lado no podré hacer vacaciones estando sin curro.






Bueeeeno. Ya estamos listos. Que sepan que a estos dos hombres los amo. Y se me hacía bien juntarlos aquí. Un poliamor no le vendría mal a nadie.

Los sábados actualizo en dependencia de mi conexión.

©ESCOLTA [P.J.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora