Los juegos del amor

Prólogo

"Kaira de Bouillon, princesa del Reino de Quitania, y heredera del trono, tiene como obligación contraer matrimonio antes de su coronación, por ende, el Rey Einar de Bouillon les hace la cordial invitación a todos los caballeros del reino que estén dispuestos a casarse, de presentarse en el palacio, en donde uno de ustedes será el elegido para ser el afortunado futuro Rey de Quitania"

Kaira arrugo aquel papel que le mostro uno de sus sirvientes y lo aventó a algún rincón del lugar, estaba realmente molesta, ella no quería casarse, no aun, y menos con alguien que no conocía, ella sabía que era capaz de poder gobernar el reino sin ayuda de un hombre, pero su padre no lo veía así. 

Su molestia hizo que perdiera el apetito, captando la atención de su Padre, quien desayunaba como si nada de lo ocurrido hace unos momentos hubiera pasado. Su Padre, estaba a punto de hablarle, pero una pequeña mujer lo hizo antes de que él lo hiciera.

—Princesa Kaira, al parecer el circular llego a todos los rincones del reino, hay demasiadas personas interesadas en contraer matrimonio con usted, y ya han llegado— Hablo con voz temblorosa, sabía que eso la molestaría más y la princesa enojada, no era algo que quisieras ver.

Kai no hizo más que dedicarle una mala mirada a su papá y levantarse furiosa de la mesa. —Que los reciba él, al fin y al cabo, él es quien ha hecho que ese circular se reparta y el que quiere que haya matrimonio, no yo— dijo señalando a su padre para acto seguido, salir de aquel lugar por completo. 

El rey dio un largo suspiro al ver como se retiraba su hija, no entendía porque su hija creía que él no confiaba en ella para gobernar en lugar de darse cuenta de que él lo que en realidad quería era dejarla sola cuando el muriera —Rosa, pasa a los que han llegado al salón, ahí los recibiré— Rosa se retiró para hacer lo que se le había indicado dejando solo al hombre en aquella habitación.

Después de unos minutos todos los interesados en la princesa (o en ser el que reine), ya se encontraban en aquel salón, el Rey se sorprendió al ver la enorme cantidad de hombres que había, no imaginaba que más de la mitad de los hombres jóvenes del reino estaba ahí. —Bienvenidos sean— les brindo una sonrisa cálida— les agradezco el hayan venido hasta aquí, pero como saben, solo uno podrá casarse con mi hija, así que lo que haremos será lo siguien...—

Sus palabras quedaron en el aire cuando la princesa entro muy molesta al lugar y subió al estrado, donde antes el Rey se encontraba —Lo que haremos será lo siguiente— En el rostro de Kaira se encontraba una sonrisa malvada, había planeado algo realmente malo— Yo elegiré a 16 de ustedes, así que al salir deberán dejar todos sus datos con Mar— dijo señalando a la empleada que se encontraba en la puerta del salón— Después de haberlo hecho, iremos por los elegidos personalmente y sabrán que es lo que harán para llegar a ser mi esposo. Así que ahora pueden retirarse—dijo saliendo del salón para dirigirse a su habitación. 

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—¡¿Qué diablos piensas hacer Kaira?!—La antes mencionada lo miro sin expresión alguna—te conozco y sé que lo que harás es malo, así que por favor dime que planeas.

—¿Quieren estar conmigo? ¿Quieres que me case? Pues tendrán que hacerlo a mi manera, ¿Querías que eligiera a alguien? Pues lo elegiré de la forma que yo quiera. —sus palabras salían con rabia y de sus ojos se asomaban unas lágrimas que amenazaban con salir. El Rey salió de aquella habitación sin decir nada, el sólo quería lo mejor para su hija, pero tal vez lo estaba haciendo mal.