Capítulo III

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Pip, pip, pip

De Nuevo el sonido de la alarma, esta vez aturdió mis oídos.
Mi cuerpo ya despierto me recordó lo de ayer, me dolían los músculos y los huesos y estaba seguro que iba a tener moretones por doquier. Cuando por fin pude apoyar los pies en el piso y levantarme caminé lentamente hasta el espejo de cuerpo completo que tenía en una de las paredes de mi cuarto, al verme sentí pena de mi mismo, todo golpeado, desde las piernas hasta mi cara, aunque en ella no se notaban tanto, de seguro que esos los podría tapar con un poco de maquillaje.

Vi mi costilla izquierda, tenía un golpe bastante grande que me dolía demasiado pero eso no era excusa para no ir a la escuela, ninguna lo era.

Busqué mi uniforme, un poco estrujado por lo de ayer, no importaba, me lo puse con dificultad por el dolor de mis extremidades y ponerme los zapatos fue una completa tortura, no sé cómo iba a agarrar lo mochila si no podía ni ponerme una media.
Luego me senté con cuidado en mi mostrador, cogí mi corrector y empecé a aplicarlo en todos mis golpes tratando de esconderlos un poco, no perdí la oportunidad de ponerme un poco más lindo de lo normal porque aún con el dolor de mi cuerpo yo seguía pensando en mi profesor, con el cual me besé ayer en un parque, mi primer beso se lo llevó él.
Seguía pensando en él después de todo, aún podía sentir sus labios sobre los míos, cerré los ojos lentamente al recordarlo pero mi pequeña ensoñación fue interrumpida por un grito.

-Oye maricon, mamá dice que bajes a desayunar. Era uno de mis hermanos, otra vez, insultándome.

Cuando terminé saqué fuerza de donde no la tenía, agarré mi mochila y bajé las escaleras de mi casa en dirección al comedor, al llegar recibí los comentarios de siempre "puta", "zorra", "fácil", ya no me importaban porque una persona en el mundo me dijo que yo no era nada de esas cosas y eso era lo único que importaba, cogí mi desayuno y cuando estaba apunto de salir del comedor mi padre dice

-Espero que lo de ayer te haya servido para que no andes de puta por la calle, si hoy llegas tarde otra vez no te sorprendas si mañana amaneces muerto, después le dió otro sorbo a su cerveza.

Mi vello corporal se erizó del miedo al oír sus palabras, incluso si ya estaba acostumbrado a recibirlas siguen siendo mi peor temor, no por el tono en el que las dice, si no por la probabilidad a que las cumpla.

Salí de mi casa y agarré un camino más largo, al tardarme más de lo normal Kai probablemente se vaya primero, no quiero que me vea triste.
Hoy probablemente evite hablar con Kai y Taehyun porque no quiero que descubran la situación en mi casa, después se preocupan y no quiero causarles problemas a ellos o a sus familias.

Al cabo de unos minutos llegué a la escuela, todos los estudiantes me pasaba por al lado, unos apurados y otros riendo con sus amigos mientras yo me quedaba mirando el edificio que tenía al frente de mi. El único lugar en donde no me sentía como una mierda, a veces se reían de mi algunos compañeros pero no iba mucho más allá y eso me hacía sentir bien. Tenía amigos y ahora un interés romántico, eso era más que suficiente pera sentirme feliz.

Entré a la escuela ya un poco apurado, pronto tocaría el timbre y empezarían las clases, lastimosamente hoy no tocaba matemáticas con Yeonjun pero con suerte podría verlo por alguno de los pasillos.

Entré a la escuela ya un poco apurado, pronto tocaría el timbre y empezarían las clases, lastimosamente hoy no tocaba matemáticas con Yeonjun pero con suerte podría verlo por alguno de los pasillos

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Why am I secret? || Yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora