Prólogo (Mingi's Pov)

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Aún recuerdo como si hubiera sido ayer...

Salir de aquel lugar con un solo pensamiento en mi cabeza: "Mi poca vida se acabó".

Llegando a casa pude recapitular cada segundo de mi miserable vida. O al menos de lo que recordaba de esta, no es como si mi vida fuese tan interesante como para dejarme algún recuerdo inolvidable, aparte de los malos, claro está.

Mi infancia nunca fue la mejor, mi madre trabajaba siempre, siempre estaba enojada y siempre fui silenciado cuando intentaba actuar como lo que era, un niño.

Mi papá nunca fue una persona presente, tampoco es que se pudiera esperar mucho de una persona que toda su vida fue alcohólica y que hasta hace poco también entró en las drogas.

Aún sigo sin entender cómo es que mi madre y mi padre acabaron juntos, son todo lo contrario. Y no en el sentido de "los polos opuestos se atraen". Porque estando juntos lo único que atraían era a la policía.

Vasos rotos, gritos, peleas.

El constante latido de mi corazón retumbando dentro de mi pecho y la falta repentina de aire con cada palabra, cada insulto y cada grito que salía de sus bocas, siempre empeoró, pero ninguno de los dos estuvo realmente interesado en ello. Y es por eso que oculté mis sentimientos, suprimí todo sentimiento y cualquier emoción que quisiera desbordar mi ser.

Pero como dicen, todo acto trae consecuencias, es por eso que con tan solo quince años fuí ingresado al hospital, autolesiones en mis brazos, piernas y quizá media farmacia en mi estómago. Aún así, le rogaba a mamá que no soltara mi mano, que no me abandonara. Pero sus palabras sonaban tan vacías. "Siempre estaré para ti, mi vida, soy tu madre, aquí estaré siempre con los brazos abiertos".

Vaya mentira.

Una vez salí del hospital las cosas volvieron a ser lo mismo en tan poco tiempo que incluso ya estaba planeando un suicidio en el que o llegara al hospital y me dejaran ahí por mucho tiempo o en definitiva morir.

Todas esas ideas se vieron pospuestas por un nuevo invasor en mi zona.

Si, me llevaron a un psiquiatra, psicólogo y trabajadora social. ¿Me volvería famoso por ser el loquito de turno?

Papá se fue definitivamente de la casa ante la demanda impuesta por mamá luego de ver que su estadía solo empeoraba mi estado.

Aún recuerdo el abrazo y las lágrimas de mi hermano mayor, las lágrimas de Hongjoong mojando mi hombro, pidiéndome que por favor nunca más pensara en aquello como una salida y que a pesar de no ser expresivo él siempre iba a estar para refugiarme en sus brazos.

Hongjoong fue la única persona que cumplió esa promesa. Era el único en quien podía apoyarme en cada recaída, en cada crisis que me llevaba a eso, al límite.

Pero a pesar de eso, hasta ahora ningún momento de mi vida me había dejado una marca de un antes y un después como aquella consulta que tuve antes de caer en la locura.

"Transtorno límite de la personalidad. Luego de una serie de evaluaciones durante estos dieciocho meses y tomando en cuenta de que los síntomas vienen desde la niñez y adolescencia y prevalecen y se experimentan de manera fuerte en la vida cotidiana incluso hasta ahora con veintidós años, hemos llegado a la conclusión de que padeces transtorno límite de la personalidad".

Fuertes palabras para un débil chico con pensamientos suicidas como yo. Palabras difíciles de procesar. Palabras que derrumbaban lo poco que mi mente tenía de sanidad.

En mi mente vagaban pensamientos pesimistas (como siempre).

"¿Cómo se lo diré a mis padres? Me odiarán por no ser normal, ¿Qué dirán mis amigos? Seguro se alejarán, después de todo nadie querría estar con un loquito". Y el que más me aturdió durante la semana de aislamiento que yo mismo había decidido para mí:

"¿Cómo se lo diré a Yunho?". En mi mente vagaban todos los pensamientos y escenarios donde Yunho me dejaba a mi suerte, tirando mi corazón en mi cara y mirandome con asco. O un Yunho enojado que pensara que solo intentaba llamar la atención. Pensamientos como esos iban y venían por mi mente, junto con otros que eran todo lo contrario. Yunho diciéndome que me apoyaría que se quedaría conmigo toda la vida, aún sabiendo que eso no pasaría por obvias razones.

Quién diría que todos aquellos pensamientos pesimistas que vagaban por mi cabeza iban a ser todo lo contrario a aquello.

Pero nunca canté victoria con ello. Después de todo, la sociedad aún me percibía como un maniático manipulador, mentiroso compulsivo y un sin fin de cosas que no quiero recordar.

Pero a eso me lleva el estar aquí. Este es un pequeño relato de mi vida padeciendo este trastorno. Una muestra de que las personas como yo también podemos vivir una vida normal, tener relaciones sanas y ser felices.

Aquí será como una pequeña bitácora donde les cuente todo, desde como conocí a mi novio hasta el como logramos superar situaciones que ahora veo y digo "¿Eso en serio pasó?".

Un pequeño desahogo mental y diario de vida donde les muestre mi día a día y los sucesos más importantes de esta.

Esta será la bitácora de otro borderline en la sociedad. Por:

Song Mingi.~

B. P. D |  YungiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora