La risa de Liam inundo mis oídos, pero no duró mucho, ya que me tropecé con el bordillo de la acera y me caí de morros, no recuerdo muy bien lo que pasó, mi mente de 10 años no lo pudo guardarlo en su memoria debido al golpe:
— ¡Violet! ¿Estás bien? — preguntó Alice, su larga cabellera oscura me cubrió la cara cuando trató de agacharse.
Liam soltó una risita por lo bajo.
— No es para tanto, es solo un pequeño rasguño. — dijo Liam.
— ¿¡Como que un pequeño rasguño!? ¡Si está sangrando! — Gritó Alice.
Recuerdo el dolor recorriéndome todo el cuerpo, la bici rasgándose la pierna, y la cabeza...
¡Madre mía! ¡Me sangraba la cabeza!
Instantáneamente me pasé la mano por la cabeza y efectivamente estaba sangrando.
Se me empezó a nublar la vista, y otra oleada de dolor me invadió, solté un pequeño gemido de dolor. Alice y Liam intercambiaron una mirada de preocupación.
— Me duele... — intenté articular más palabras — la cabeza...
— Y ahora que hacemos, ¿y si se muere? — preguntó Alice muy alarmada a su gemelo.
Se me paró el corazón.
— ¿Me puedo morir? — pregunté ya sollozando y con mi mirada puesta en Liam.
— No, pero tendrían que mirarte esto porque no tiene muy buena pinta...
Empecé a llorar mucho más fuerte, por el miedo, por el dolor. Alice se me sumó minutos después y Liam contemplaba la situación sin saber muy bien qué hacer.
Supongo que al final se decidió porque apartó la bici de mi pierna y tras poner mala cara por la herida me ayudó a levantarme, Alice se levantó y me apoyó entre ellos dos hasta llegar al banco más cercano.
— ¡Voy a buscar ayuda! — gritó Alice ya alejándose.
Otro gemido de dolor por mi parte.
Liam dirigió su mirada hacia mí con preocupación.
— Tranquila, ahora vendrá Alice y ya verás como todo irá bien.
Intenté esbozar una pequeña sonrisa, que se convirtió en una mueca de dolor.
Al poco rato aparecieron Alice y mi madre, entonces supe que Liam tenía razón, todo iría bien.
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Mi verano de cristal
Teen FictionEl pasado es dificil de esconder, por mucho que lo intentes, el siempre seguira atormentandote. Podría ser un verano normal para muchas personas, pero no para tres mejores amigos de la infancia...