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Choi Yeonjun iba a matarlo.

Beomgyu miró al hombre a su lado e hizo una mueca. Ya eran las diez de la mañana; él había prometido a sí mismo no volver a ir al departamento de Yeonjun sólo para armar un escándalo.

Levantándose, abrió la puerta tan silenciosamente como pudo. Yeonjun aún dormía.

Beomgyu cerró la puerta, abriendo los ojos cuando crujió.

—¿Beomgyu? —dijo Yeonjun, frotándose los ojos y sentándose en la cama.

Beomgyu miró a Yeonjun, pero él no parecía haber despertado del todo. Se acercó a él. No le tomó mucho tiempo: la habitación era pequeña y estaba a pocos pasos de él.

Yeonjun estaba frunciendo el ceño profundamente, una mirada molesta en su rostro.

—Lo siento —dijo Beomgyu antes de que Yeonjun pudiera decir algo—. Estoy realmente, realmente arrepentido del escándalo que hice anoche. No pasará nuevamente, lo juro. No tenía idea de que terminaría en tu departamento. Fue una noche dura y no conseguí llegar a casa; en cambio, terminé aquí. Yo no tenía intenciones de venir aquí, pero terminé quedándome.

Los labios de Yeonjun fruncidos.

—Beomgyu —dijo él—. Entiendo tu situación, es la única razón por la que te permití hacer un escándalo y consolarte, pero debes entender la mía también. Tengo una prometida, también, pero me paso hasta diez horas diarias contigo, cuidando de un energético niño de veinticinco años. ¿No es suficiente para ti?

—Voy a encontrar una solución, lo prometo —dijo Beomgyu rápidamente, tratando de sofocar el pánico creciente en su pecho—. Realmente voy a encontrar una, esta vez lo haré, en serio.

Yeonjun suspiró, sacudiendo la cabeza.

—Es lo que dijiste la última vez, Beomgyu —él miró en su dirección—. Admiro tu decisión, pero no puedes seguir así. Tienes veinticinco años. Mereces algo mejor que esto. ¿Por qué no encuentras un buen chico para ti? Alguien que pueda cuidarte mejor que yo.

—No —dijo, su voz dura—. Yo ya tengo un buen chico que cuida bien de mí. Te tengo a ti.

—Pronto voy a casarme, las cosas serán diferentes entre nosotros.

Beomgyu miró hacia él. Yeonjun. Nadie podría cuidarlo tan bien como él ni en mil años.

Se le formó un nudo en la garganta. Pronto voy a casarme. Las cosas serán diferentes entre nosotros.

Por favor. Encontraré una solución. Realmente no volverá a suceder —caminando hacia él, lágrimas corrían por su rostro. Era la segunda vez desde la madrugada que lloraba por él.

Yeonjun le miró apenado.

—Aquí —palmeó el espacio a su lado—. Ven.

Beomgyu negó con la cabeza, pero se vio caminando hacia Yeonjun.

—Piensa en lo que te dije, Beom —dijo antes de atraerlo en un abrazo y besar su frente.

Beomgyu no podía entenderlo. Sólo sabía que quería pertenecer a él completamente. Quedarse así por siempre, con Yeonjun a su lado.

Tal vez aún no era demasiado tarde para hacerlo.

—¿Hay algo mal? —dijo una voz familiar antes de sentarse a su lado

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—¿Hay algo mal? —dijo una voz familiar antes de sentarse a su lado.

Beomgyu miró a Taehyun, pero siguió viendo a la nada, absorto en sus pensamientos sobre la noche anterior.

—Todo bien.

—Pura mierda, suéltalo —los ojos violeta de su amigo estaban fijos en él, esperando una respuesta.

Beomgyu suspiró.

—Estoy enloqueciendo. Y además de eso, creo que voy a suicidarme —bromeó—. Yeonjun dijo que las cosas serán diferentes entre nosotros a partir de ahora.

Taehyun frunció el ceño.

—¿Diferentes? ¿Por qué?

—Supongo que a Yunjin no le gustará saber que fuimos novios, o algo así —dijo—. La verdad no comprendo a Yeonjun, es tan cambiante.

No era un secreto para nadie el cambiante humor de Choi Yeonjun. Beomgyu lo sabía más que nadie; lo sabía porque lo había conocido casi toda la mitad de su vida. Beomgyu sonrió levemente con tristeza en su rostro. Diferente. Él definitivamente odiaba esa palabra.

Yeonjun era todo lo que se suponía que era el hombre de sus sueños: hermoso, agradable, de buenos modales, bien hablado y afectuoso. Junto a él, Beomgyu era muy consciente de lo diferentes que eran, porque a diferencia de él, Yeonjun parecía ser perfecto, y él sólo era una mota de polvo en este mundo. Una mota de polvo insignificante nunca podría cambiar nada. Comparado con Yeonjun, Beomgyu se sentía como una bola de estiércol. Demasiado aburrido y sin gracia. Nunca sabía qué decir, y cuando lo hacía, arruinaba el ambiente.

Por eso acabaste así, tonto.

Apartando el pensamiento, Beomgyu dijo:

—Me siento como si fuese a morir de tristeza.

—Pero no lo harás —dijo Taehyun, con evidente ira y preocupación palpadas en su mirada.

—No, no lo haré —dijo Beomgyu, levantándose del asiento—. Por favor, no pierdas tu tiempo, ya no soy un niño; tengo veinticinco y sé lo que hago. Puedo resolver esto por mi cuenta.

Por su cuenta. Incluso después de años enamorado de Choi Yeonjun, el hacer las cosas por su cuenta aún no se sentía del todo correcto.

Extrañaba el pasado. Su pasado.

—Si eso quieres —dijo Taehyun, frunciendo el ceño un poco, pero aceptando su decisión.

Una parte de Beomgyu deseaba que Taehyun no fuera tan considerado y comprensivo, a veces deseaba que él presionara e insistiera en seguir sus propias ideas, las que no lo llevarían a un final desastroso. Dios, estaba jodido. Completamente hecho un lío.

Beomgyu se sentía como si fuera el único hombre en la tierra que se encontraba a punto de ver al amor de su vida casarse con alguien más y no saber cómo impedirlo. Lo que él realmente anhelaba era poder ser libre de su amor por Yeonjun, tener la certeza de que podría enamorarse una vez más de un hombre como él. Alguien bondadoso, considerado y que supiera cómo amarlo; alguien como Yeonjun. No estaba acostumbrado a ese tipo de pensamientos, jamás lo había pensado antes, pero le parecía tan necesario en este momento el enamorarse una vez más que era casi imposible controlarlo. Había crecido acostumbrado al trato de Yeonjun, a su tacto y a sus besos. Él jamás podría encontrar a otro como él. Beomgyu había descubierto que enamorarse estaba sobrevalorado.

—Nos vemos, Taehyun —dijo Beomgyu con una alegría que no sentía— ¡Gracias por acompañarme!

Realmente lo agradecía. Agradecía tener un amigo como Taehyun que le prestara su hombro cada vez que lo necesitara, porque en el fondo, Beomgyu sabía que las cosas nunca acabarían bien para un chico como él.

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⏰ Última actualización: Jan 29 ⏰

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