Uno

10 4 0
                                    

≪Otra vez sueño con este recuerdo≫.

El cielo se encontraba casi del mismo color azul que el del rio, las nubes esponjosas adornaban el cielo al mismo tiempo que una suave brisa movía las pequeñas flores rosas en el campo. A lo lejos podía ver la casa cercana al rio donde siempre me quedaba jugando hasta que anochecía y mi madre venia a buscarme.

No pude evitar sonreír.

Podría quedarme toda la vida admirando el hermoso paisaje que tanto extrañaba, pero esta tranquilidad no duraría mucho, después de todo estamos hablando de mi recuerdo y no es la primera vez que sueño con este infierno.

- ¿Luciel? ¿cariño, no te aburres al estar aquí sola? Estaría bueno que algún día vayas y juegues con los niños del pueblo-Al girar pude ver a mi linda madre quien me observaba con sus hermosos ojos azules y con una mueca de preocupación, siempre llevaba su pelo celeste recogido en una trenza con flores blancas. Me gustaría abrazarla y decirle que la extraña, pero esto es solo un recuerdo.

-Son aburridos -Volví a mirar el cielo.

- ¿Aburridos? - Su risa era como una melodía - Cualquier persona que te escuche hablar pensara que eres una persona mayor, te recuerdo pequeña que acabas de cumplir 13 años - Toco la punta de mi nariz y no pude evitar sacar la lengua, lo cual hizo que su risa se intensificara.

- Mamá, ¿crees que alguna vez podrás ver un dragón? -El cielo poco a poco se empezó a nublar-Mamá? -Su sonrisa había desaparecido mientras observaba el cielo.

- Espero que no, cariño -Dijo en un susurro

-Por qué? ¡son seres hermosos, con grandes poderes que pueden volar! Los libros de papá decían que incluso cuando forman un vínculo son los seres más leales-Mi mamá coloco su mano en mi cabeza y me despeino -Oye -Su sonrisa volvió.

-Lo siento, a veces olvido que eres igual de inteligente que tu padre. -Su mirada transmite solo amor

-Él también era inteligente?

-Él era inteligente y bondadoso, no tenía miedo en decir lo que pensaba o pelear por lo que creía justo. Tu eres igual a él en todo eso, no creas que no vi cómo le regalaste unas flores a una niña luego de que un niño haya tirado sus galletas, incluso sacaste su hermoso cabello grisáceo. -No pude evitar sonreír, mi madre hablaba poco de mi padre, pero cada vez que lo hacia sus ojos desbordaban amor puro y genuino.

- ¿De qué color era su dragón? -Sus ojos azules se volvían más claros cuando miraba el cielo.

-De color negro con ojos rojos que parecían rubíes, era tan grande e imponente. No permitas que nadie que considere una amenaza se acercara a tu padre. Estoy segura de que hasta el último momento estuvo a su lado...

Abraza a mi mamá fuertemente. No solo porque sabía que sería el ultimo día que podría hablar con ella de esta forma sino porque ahora podía entender con el dolor que carga cuando mi padre no volvió y supo que ella seria a la única persona que tendría, para protegerme en este infierno.

-Pocas personas pueden ver a los ojos a un dragón y contarlo. La única razón por la que su dragón me permitía mirarlo es porque sentía el amor que sentíamos uno por el otro.

- ¿Y no te daba miedo? dijiste que era imponente.

- Era imponente sí, cuando miraba sus ojos rojos, veía los ojos rubíes de tu padre, con la diferencia de que los ojos de tu papá cuando estaba con su dragón parecían estrellas, de lo luminosos que eran. -Mi mirada se centró en el cielo nocturno con estrellas, el tiempo pasaba tan rápido cuando hablaba con ella. -Cuando un dragón te elige, permite que mires sus ojos y cuando el vínculo es realmente fuerte pueden terminar compartiendo el mismo color.

Luciel: Ojo de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora