Lágrimas y besos

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Maxine estaba recostada en el pecho del rizado.
Sus ojos estaban cerrados, mientras que con una sonrisa escuchaba la hermosa melodía que producían los intensos y rápidos latidos del corazón de Harry.

Los dos se encontraban en la sala de Maxine. Eran las 6:00 de la tarde y la única luz que lograba que ambos llegasen a tener un poco de visión era la del televisor. La tormenta que había afuera logró que la ciudad se oscureciera demasiado rápido, además, evitó que Harry se fuese a su casa después de haber pasado todo el día acompañando a la chica.

"The Big Bang Theory" y un par de risas los acompañaba en ese momento, haciendo de aquél, otro buen recuerdo.

—No te quedes dormida, Max. — susurró Harry, acariciando su cabello. — Prepararé palomitas.

La pelirroja, al escucharlo, inmediatamente abrió los ojos y lo miró con una sonrisa traviesa.

—Iré por unas mantas y almohadas. — se levantó y extendió su mano, para ayudarlo a hacer lo mismo. — Pero primero ayúdame a empujar los sillones al otro lado. Hoy vamos a dormir aquí. — exclamó un tanto emocionada.

— ¿Cómo los viejos tiempos, Max?

—Como los viejos tiempos, Eddie.

Harry esbozó una gran sonrisa y abrazó a Maxine, demostrándole todo su cariño y afecto.

Él le tenía una sorpresa esta tarde.

Después de soltarla, mandó a la joven por varias colchas y pidió que se pusiera su pijama. Sólo así podía ganar más tiempo.

Colocó en las pequeñas bocinas que tenía la pelirroja en su sala, una canción que a Harry le gustaba mucho.

Las primeras notas de piano, hicieron sonreír al rizado y para cuando la voz de Jasmine Thompson se hizo presente, ya había una pequeña joven curiosa asomando la cabeza desde su cuarto.

El castaño la llamó con la mano y ella corrió sonriente hacia él.

La tomó entre sus brazos y suspiró.

Nunca creyó tener a Maxine así en sus brazos; es decir, siempre le daba cálidos abrazos, pero nunca como éste. Ya todo era diferente, ella ya no lo veía como a un amigo, ya eran algo más...

Harry dejó de pensar y luego tomó la barbilla de la joven, obligándole a ver sus ojos.

Claro que no eran algo más. Él aún no se lo había propuesto.

Besó cortamente sus labios y luego sonrió.

—Maxine... Sólo tenemos dos meses. — acarició su cabello y la miró con ternura.

Ella entristeció rápidamente y bajó la mirada.

—No, Max... No te pongas triste. — acarició su cabello.

—Ya no me querrás después de que me vaya...— susurró.

—Yo no lo creo. — frunció el ceño.

—Es que... Tu no entien...

—Te amo desde hace casi dos años. Todo este tiempo lo estuve ocultando por miedo al rechazo. Todo este tiempo te protegí como nunca lo había hecho. Dos años, Maxine, dos años, esperando a que tú te dieses cuenta. No creo que miles de kilómetros de distancia y mucho menos un gran océano, pueda cambiar eso. No hay nada en este mundo que evite que te quiera. — Harry tomó sus manos y la miró suplicante.

Ella tomó sus mejillas, algo asustada y luego besó lentamente los labios del chico.

Él la abrazó sin romper el beso y dejó que la joven limpiara la pequeña lágrima que se le había escapado.

Al separarse, la pelirroja le sonrió y con su pulgar, tocó el labio inferior de Harry.

—Ya no escondas más tus sentimientos. No quiero que lo hagas. — pidió.

El castaño sonrió y tomó la mano de la chica.

— No sabes cuánto deseo ir a un lugar y presentarte a todos mis amigos como mi novia.

— ¿Y por qué no lo haces?

***

—Hace mucho frío, Harry. — susurró la joven entre los brazos de su novio.

Él la apretó aún más a él y entrelazó sus piernas con los de ella. Nuevamente se encontraban recostados, sólo que ésta vez, encima de una colcha, en el suelo.

— ¿Cómo está tu hermano?— preguntó el rizado.

—Niall...— susurró la joven con cierto tono de nostalgia.

Hace aproximadamente un mes, su hermano había recibido una cirugía para recuperar la voz y desgraciadamente no había hecho resultado. El pobre chico estaba destrozado y Maxine podría jurar que esto le había dolido mucho más que cuando se enteró que había sido adoptado.

La pelirroja estuvo a punto de regresar a Maidstone para apoyar a su hermano y hacerle saber que ella siempre estaría para él; pero su madre se lo había prohibido, debido a que no quería que su hija descuidara sus estudios.

—... Ayer no tuve la oportunidad de hablarle. Ni siquiera le pude preguntar a mi mamá cómo seguía. — Exclamó jugando con un mechón de cabello de Harry. — Mañana le enviaré un mensaje...

— ¿Crees que él ya lo sepa?— murmuró.

—No creo que mi mamá quiera preocuparlo con eso. — La chica miró detenidamente a los ojos del castaño. — Ella lo quiere. Aunque no lo creas.

—Sí lo hago. — unió sus labios con los de Maxine, moviéndolos delicadamente.

Últimamente quería estar haciéndolo a cada instante. Era como si en verdad necesitase de aquellos labios. Tan sólo hacía un día que los había besado y ya estaba fascinado. Eran suaves a pesar de estar algo resecos por el frío, y sumamente cálidos.

Él sentía que con cada roce la necesidad de estar con ella incrementaba más. Y como si de una pequeña bomba se tratase, su corazón estallaba de alegría en tan sólo pensar en ello "Maxine ya era su novia"

Y tanto como Harry se encontraba sumamente feliz, Maxine solamente caía aún más en la propia mentira que ella misma se había encargado de recrear.

Ella podía sentir el miedo recorrer cada una de sus entrañas, sabía de las consecuencias y aun así se había arriesgado. Y si se ponía a pensar, ya era muy tarde como para dar vuelta atrás.

Una pequeña lágrima recorrió la mejilla de la chica, desahogando todo el dolor que acumulaba su cuerpo.

No sabía si podría soportarlo... Cada mirada llena de amor, cada roce, cada sonrisa y cada beso que le daba su compañero, le rompía en mil pedazos con tan sólo pensar que estaba haciéndolo caer en un engaño al que ella sólo le podría poner un fin.

"Sólo dos meses más, espera ese tiempo y todo acabará" se repetía a ella misma, creyendo que sólo así podría huir del problema en el que se había metido. Pensaba dejar a Harry con la falsa ilusión de que volvería, en vez de romperle el corazón y decirle que todo había sido una farsa.
Completamente un estúpido pensamiento.

Abrazó fuertemente al rizado, debido al miedo que se había incrementado en ella al saber que de todas formas lo terminaría perdiendo.

De sus ojos comenzaron a brotar más lágrimas y de su boca, sollozos salieron.

El castaño al darse cuenta de ello, se aferró aún más en el abrazo y besó su cabeza susurrando más palabras destructivas para Maxine.

—No llores, amor. Siempre estaré contigo.

¿Hasta cuándo terminaría todo este dolor?


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⏰ Última actualización: Dec 30, 2015 ⏰

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She Knows [H.Styles] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora