Laura

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¿Es esto realmente posible? De ninguna manera... ¿podría ser?

Se me ocurrió por un momento un pensamiento gracioso, pero sacudí la cabeza para deshacerme de él y seguí al anciano.

El interior de la mansión era tan grande que resultaba majestuoso. Una hermosa lámpara de araña bajaba del techo, emitiendo luz difusa, y varias esculturas y decoraciones decoraban las paredes. Ante esa vista deslumbrante, giré la cabeza y miré alrededor de la casa.

—¡Ha llegado un invitado! ¡Hola, hola!

En ese momento, una joven con el cabello bellamente trenzado me miró desde la barandilla de arriba y gritó. Luego corrió de inmediato y desapareció detrás de la pared. A primera vista, parecía ser la hija pequeña de esta familia, ya que llevaba un vestido caro.

—¿Hay una joven allí?

Le susurré en la nuca del anciano sin pensar. Luego giró levemente la cabeza para mirarme y caminó hacia adelante nuevamente sin decir una palabra.

¿Qué? ¿Por qué no hay respuesta?

Desconcertada, seguí siguiéndolo por el pasillo. Había varios cuadros colgados en el largo pasillo, como para explicar los gustos nobles del dueño de la mansión. Caminé lentamente, mirándolos uno por uno. Y cuando llegué al final del pasillo, pude ver que un cuadro colgado en la pared estaba inclinado en ángulo.

Era diferente de otras pinturas de la mansión. Todas las obras aquí colgadas a lo largo del pasillo expresaban objetos o personas, pero esta pintura era una pintura abstracta sin una forma clara visible. En cambio, los colores vivos parecían particularmente notables. Como no tenía ojo para dibujar, no podía juzgar apresuradamente si era una buena pintura, pero pensé que me gustaba la combinación de esos colores.

Miré la imagen sin comprender y extendí la mano para enderezar el marco inclinado. Pero antes de que mi mano pudiera tocarlo, el anciano me miró.

—Sería mejor no tocarlo. Porque es un cuadro con alma.

—¿Sí? ¿Con alma?

—Sí. Alma. Se dice que el hombre que tanto amaba el cuadro permaneció con él hasta su muerte.

Dejé caer la mano que buscaba la foto. Entonces el anciano sonrió una vez y empezó a caminar de nuevo.

¿Esto es una broma? ¿No lo es? ¿Por qué me asustas?

Miré la espalda del anciano, confundida, incapaz de entender el significado de sus palabras.

—Lo siento, pero espere aquí un momento.

Cuando llegué frente a una habitación, el anciano me bloqueó con un brazo y entró en la habitación. La puerta se abrió y se cerró con un chirrido de bisagras. Me incliné silenciosamente junto a la puerta y esperé a que saliera de nuevo. En ese momento, la chica que había visto antes pasó corriendo a mi lado.

La niña corrió de un extremo al otro del pasillo, dejando atrás un sonido metálico. Luego se dio la vuelta y repitió corriendo hasta el final. Giré la cabeza de izquierda a derecha y seguí sus movimientos.

Es muy animada. Aun así, no le enseñaron a no correr dentro de casa...

Si hubiera sido mi hermana menor, la habrían regañado, pero era hijo de otra persona. La educación del hijo de otra persona es responsabilidad de otra persona. Entonces me quedé mirando a la niña jugar sin decir nada. Pero la niña, que había estado corriendo por un rato, de repente se detuvo justo frente a mí. Luego ni siquiera se movió, como congelada.

¿Qué? ¿Por qué es así?

Miré a la niña sin comprender. En ese momento, la niño giró su cabeza hacia mí y me miró. Parecía extraña, con sólo el cuello doblado a 90 grados.