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𝐄𝐋𝐄𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑 | Zach LaVine




El rugido de la multitud aún resonaba en los oídos de Zach después del juego entre los Bulls y los Raptors. La victoria se había sellado, pero su estado de ánimo estaba lejos de ser triunfante.

Había notado la presencia de Karen, la hermana de DeRozan, desde los asientos más cercanos a la cancha. Ambos compartían una historia tumultuosa que parecía resonar en el aire cada vez que se cruzaban.

Después de una ducha rápida y un cambio de ropa, Zach decidió tomar el ascensor para dirigirse al estacionamiento. Al abrirse las puertas, se encontró con Karen, que lucía una expresión tan tensa como la suya.

—Zach, ni siquiera pienses en hablar — advirtió Karen, con los ojos entrecerrados.

—No tengo intención de hacerlo, pero si no quieres hablar, no deberías haber venido a ver el juego —respondió él, cruzándose de brazos.

—Vengo a ver jugar a mi hermano, no eres el único jugador de los Bulls — dijo esa rodando los ojos.

El espacio reducido del ascensor se llenó con la tensión acumulada de su relación pasada. Cada palabra que intercambiaban era como un fuego cruzado, y las chispas volaban en todas direcciones.

—Además, eres tan arrogante como siempre. ¿Cómo puedes seguir jugando estos juegos? —preguntó ella, con un dejo de frustración.

—Es un juego, Karen. Algo que parece que has olvidado. Pero tú siempre fuiste buena en eso, ¿verdad? Olvidando cosas importantes —respondió Zach, desafiante.

Karen se acercó a él, con una mezcla de enojo en sus ojos. La distancia entre ellos disminuyó hasta que apenas podían respirar sin rozarse.

—No subestimes lo que recuerdo, Zach —murmuró ella, su aliento acariciando su rostro.

Los ojos verdosos de Zach miraron los marrones de Malika, el no podía aguantarse más. Tomó con sus manos el rostro de la morena y plantó un beso ruidoso en sus labios.

Se separó para mirarla y esta vez fue ella quien vivió a unir sus labios, en un beso más profundo y desesperado.

Las manos de Zach tomaron las piernas de Malika y esta las enrolló en su cintura.

Justo cuando la tensión alcanzaba su punto máximo, el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron. Una oleada de aire fresco inundó el espacio, y ambos se apartaron, mirándose con incredulidad.

—Este no es tu piso —anunció una voz desde el pasillo.

Karen y Zach se miraron el uno al otro, con la conciencia de lo cerca que habían estado de perder el control. Con una sonrisa irónica, Karen abandonó el ascensor, dejando a Zach solo, con la adrenalina aún palpable en el aire.

Este encuentro inesperado dejó a ambos preguntándose si, en medio de la tensión y el deseo reprimido, había algo más que debían explorar.





𝐚𝐲𝐨𝐢𝐭𝐬𝐭𝐚𝐥𝐢 | 𝟐𝟎𝟐𝟒

𝐂𝐘𝐁𝐌, nba os Donde viven las historias. Descúbrelo ahora