Protegida

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— No puedes dormir? - Asta se separó un poco de Miyu

Miyu asintió

— Por qué no hablamos un poco ? - Asta rió

— Señor Asta, por qué nunca se rinde? - Miyu estaba calmada

— Nero te dijo algo? - Asta rió con una gota en la cien — Bueno verás, yo solía ser un huérfano, era un niño que habían dejado en la puerta de una iglesia pobre en la región olvidada de este reino - Asta sonaba nostálgico

— Nero-sama dijo que este lugar solía ser donde vivía de niño - Miyu estaba un poco nerviosa

— Así es, ahora es muy diferente a mi niñez - Asta rió un poco — Toda mi niñez y adolescencia la viví con personas que siempre decían que no lograría mis sueños, que no haría nada sin magia - Miyu prestaba mucha atención a Asta — Muchas veces me sentí triste por eso, incluso llegué a sentirme solo y apartado por los demás, pero reuní mi voluntad y decidí que no dejaría que me importase lo que los demás dijeran, nunca me rendí, entrené mi cuerpo, mis sentidos, mi manejo de la espada, todo para ser la mejor versión de mi mismo - Asta Acarició el cabello de Miyu

— Debe ser genial, no rendirse - Miyu sonaba triste

— Tu te has rendido? - Asta veia a Miyu

— Muchas veces, cuando era más niña, solía tomar las flores del jardín de la casa en la que me mantenían - Miyu sonaba nostálgica — Pero un día las flores se marchitaron en cuanto las tocaba, quería ver las flores crecer y ser hermosas, pero mis manos siempre terminaban dañandolas - Miyu sonaba triste

— Y después de eso te metieron en ese sótano con cadenas? - Asta estaba calmado

— al inicio no habían cadenas, pero solo estaba encerrada, luego un día llegaron las cadenas, no podría tocar a nadie nunca más, para ellos no merecía vivir, pero ninguno tenía el coraje para asesinarme, me rendí de todo desde que las flores se marchitaron, sería asesinada tarde o temprano, sin derecho a defenderme, aunque dije mil veces que no quería hacer daño a nadie, nunca me creyeron - Miyu bajó la mirada

— Yo te creo - El llamó la atención de Miyu

— Eh? - Miyu volvió a ver a Asta

— No solo yo, Noelle también te cree, Nero también - Asta sonrió

— Pero yo... - Miyu fue interrumpida

— Miyu-chan, a pesar de que muchas personas pensaban cosas como esas sobre mí, también conocí personas que me apoyaron y que confiaron en que yo podría ser una gran persona que cambiará al reino, y es gratificante sentir el apoyo así sea de una sola persona - Asta Acarició la cabeza de Miyu  — No nos importa si tienes un poder maligno, lo que nos importa es que estés bien y que seas feliz, ya algún día controlarás ese poder no solo para evitar hacer daño, podrías incluso usarlo para ayudar a las personas - Asta veía a miyu con calma

— ¿De verdad... confían en mi? - Miyu tenía pequeñas lágrimas en sus ojos

— Claro que sí, así que no necesitas alejar a Noelle o a cualquiera - Asta sonrió

— Lo lamento - Miyu bajó la mirada

— Mañana le explicarás a Noelle, de acuerdo? - Asta abrazó a Miyu

— S..si - Miyu se aferró a él

Fin

Fin

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