La puerta mágica

Historias del pasado

Lia se había olvidado de sus amigos dejandolos en la puerta durante largo tiempo. Acababa de conocer a Dani y no quería separarse de él, parecía como si le conociera de toda la vida, aunque no era verdad. Él tapaba los ojos de la chica con ambas manos.
-Es aquí- dijo el chico. Lia tenía muchas ganas de saber qué era lo que había tras las manos del chico, pero él no las apartaba y eso comenzó a enfurecerla -Prométeme que sea lo que sea lo que te enseñe, no te irás corriendo a decírselo a nadie- ella iba a decir algo pero Dani fue más rápido que ella -Por favor.
Ella lo pensó un instante pero aceptó.
Dani apartó sus manos y Lia vio las enredaderas con las hojas de esta mañana y siguió sin entender nada.
-Fíjate bien, en todos los detalles- susurró el chico.
Al fijarse bien, Lia descubrió que alrededor de la enredadera había unas líneas extrañas. Se acercó un poco.
Lo único que vio antes de desmayarse y que todo se volviera negro, fue una tenue luz que venía de aquella extraña pared.

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Lia despertó en un lugar muy extraño, era una especie de desierto, y a su alrededor había seis espejos. A su lado estaban todos sus amigos y Dani, también dormidos. ¿Qué era lo que había pasado? El primero en despertar fue Louis, que corrió a abrazar a Lia, la cogió de la cintura y la alzó dándole vueltas mientras ella reía. Cuando la bajó vio a Dani, que recientemente había despertado, que fulminaba con la mirada a Louis. Si las miradas matasen, desgraciadamente, Louis estaría más muerto que cualquier cosa.
Dani carraspeó para que las miradas de Louis y Lia desconectaran. Cuando lo hicieron, se sonrieron avergonzados y rojos como un tomate.
Seguidamente Clara y Zack despertaron también.
-¿Dónde estamos, y cómo hemos llegado aquí? Lo último que recuerdo fue a Lia y Dani gritar y nosotros corriendo hacia ellos, y...lo demás todo es muy confuso y no tiene sentido- dijo Clara -¿Dónde estamos?- dijo esta vez específicamente a Dani.
-Pues...este lugar es el Desierto de los Espejos. Hay leyendas que cuentan sobre éste lugar, pero casi nadie sabe de su existencia.
-Espera- dice Zack -Yo he leído ese libro- Zack, es...¿cómo decirlo?...muy estudioso. Se ha leído todos los libros existentes en este planeta. Nadie sabe aún de dónde saca el tiempo.
-¿De verdad? Poca gente se interesa de estas cosas- Dani se había sorprendido de verdad, pero para los demás era muy normal.
-Sí- dice Zack muy seguro de sí mismo -Y recuerdo haber leído algo sobre portales mágicos y lugares donde hay una especie de Piedras del Destino, que podía hacer a un mago o brujo el más poderoso del mundo, ya que así podría cambiar su destino y el de todos. Las piedras eran seis, una por cada poder más importante. Al igual que los seis portales que conectaban el Desierto de los Espíritus. Amor, perdón, confianza, generosidad, amistad y magia, eran cada una de piedras; cada una pertenecía a los magos y brujos más poderosos de todo el mundo. Pero cuando se vieron amenazados por la energía oscura y negativa, tuvieron que heredar cada una de las piedras un elegido, seis piedras para seis elegidos.
-Eso es exactamente lo que pasó.
-Pero es solo una historia, no puedes probar que estemos aquí y que sea todo real...-comenzó a decir Louis.
-Escuchad- interrumpió Dani ignorando completa y totalmente a Louis.-Eso es solo una parte de toda la historia. El problema es que no sabemos quiénes son los elegidos.
-Pero ellos sabrán que ellos mismos son los elegidos- Dani negó con la cabeza.
-Ese es el problema, no sabemos si lo saben o no, si lo saben y quieren seguir los pasos de sus antepasados no hay ningún problema prácticamente. Pero si no quieren hacerlo, hay que convencerles, o matarles para que la piedra del heredero pase a ser de otra persona.
-Espera, espera, espera...¿matar?- preguntó Clara sorprendida.
-Solo en el peor de los casos.
-Yo no voy a matar a nadie, y más si esa persona es inocente- aclara Lia.
-Eso no será necesario si convencemos a todos los elegidos.
-Y...¿qué tenemos que hacer?- dice Lia. Dani sonríe al recibir la ayuda de la chica.
-Pero...¿vas a ayudarle?- pregunta Louis.
-Pues claro, es nuestro amigo.
-¡Pero a penas le conoces! ¡Le has visto hoy por primera vez!
-Ella a mí ya me había visto, pero fue hace mucho tiempo, y no me recuerdas. Pero yo a ti sí.