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Todd cayó agotado sobre el pecho de su compañero que subía y bajaba agitadamente después de su orgasmo. Sintió los dedos del pelinegro peinando sus mechones rubios con cariño, el toque suave lo deleitó y gimió satisfactoriamente ante las caricias.
Después de un día agotador en el trabajo, Wallace se quitó la ropa ajustada y se tiró a la cama. Todd estaba muy preocupado por el estado de su novio, así que se ofreció a cuidarlo para que deje el estrés.
¿Y qué mejor forma de ayudar que follando?
Wallace dejó que el rubio se encargara de todo esta vez, así que Todd no desaprovechó esta oportunidad y se folló a Wallace hasta hacerlo llorar y olvidar ese estresante día de trabajo en el Call Center.
Ahora ambos estaban desplomados en el colchón después del climax. Wallace recostado con Todd aún dentro suyo y este encima con su cabeza apoyada en el pecho del chico ligeramente más bajo. La pose era muy cómoda, y Wallace juraría que dormiría ahí mismo de no ser porque ambos estaban sucios y pegajosos por el semen y el sudor, y no le apetecía querer levantarse temprano en la mañana siguiente para meterse a la ducha, así que movió un poco el hombro del rubio, quien se estaba quedando dormido, para decirle que se quitara de encima.
"Oye, bebé." Murmuró mientras seguía empujando al más alto. "Todd, vamos a bañarnos, estamos sucios."
El rubio tarareo en respuesta, haciendo un puchero. Luchó por levantarse pero no se negó. Sacó con cuidado su pene ya flácido del interior de su pareja y se hizo a un lado, sin dejar de abrazar a Wallace.
"Gracias, bebé." Wallace sonrió y besó la frente del rubio con ternura.
"Vamos a la ducha..." dijo somnoliento. "no me gusta la sensación de estar pegajoso..." Todd murmuró frunciendo los labios levantándose camino al baño. Wallace suspiró y se levantó también, siguiéndolo mientras buscaba unas toallas.
Cuando ambos estaban ya en el baño Todd preparó la tina con agua tibia y burbujas. La bañera era grande, perfecta para ambos. Wallace la compró especialmente para darse baños de burbujas y tener uno que otro encuentro subido de tono con su pareja. Una vez que todo estuvo listo, Wallace se metió a la bañera seguido del rubio. Todd se sentó en sus piernas, pegando su espalda al pecho del pelinegro.
Esta era una de las cosas favoritas de Todd. Amaba cada momento con Wallace, claro, pero bañarse juntos era especial. No solo en el tema sexual, sino que adora los besos compartidos mientras se enjabonan en shampoo. Y Wallace no se queda atrás. Le gusta consentir a Todd, lavar y masajear su cuero cabelludo mientras besa su cuello y hombros con cariño.
Estos eran los momentos que los enamoraban cada vez más.
Wallace sonrió embobado repartiendo más besitos en el cuello del rubio, rodeando su cintura y atrayendolo más a él, causándole cosquillas que salieron como pequeñas risas. Todd intentó alejarse, sin embargo, los brazos que lo rodeaban ejercieron más fuerza evitando así que pudiera escaparse.
Todd tuvo una idea. Entre risas se volteó y besó al pelinegro. Al comienzo fue un beso simple pero a medida que se besaban aumentaba en intensidad. Los brazos de Todd se aferraron al cuello de Wallace, en cuanto a este, mantuvo su agarre firme en la cintura del rubio. Wallace forzó su lengua a meterse en la cavidad contraria, explorando cada rincón y compartiendo la saliva entre ellos. Sus manos bajaron desde las caderas de Todd a su gordito trasero, amasando este sintiendo como su pene se endurecía.
