Margus One Shots - Smut

¿Así que estabas buscando relajarte?

Summary:

Agustin va a ir a un spa a relajarse.. Pero no contaba con que Marcos iba a encontrar maneras de relajarlo antes..

(O como Marcos le depila el pecho a Agustín y se calienta en el proceso)

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Agustín estaba algo nervioso, Marcos había estado raro desde que llegó. Habían pasado unos cuantos minutos desde que entró a su departamento y no había hablado mucho, mantenía una expresión seria. 

La invitación le sorprendió bastante, principalmente porque este pibe se suponía que estaba en Salta. A veces el castaño se ponía raro, extraño. Y eso que nadie mejor que Agustín entendía sus actitudes.

— Llegaste hace-

— No te afeitaste

Marcos interrumpió entrecerrando los ojos, lo inspeccionó atentamente, El de rulos abrió los ojos en sorpresa, antes de hacer una mueca de confusión total

Que?

— Siempre que nos vemos estás afeitado..

Bueno, que hijo de su madre

No era necesario remarcar eso. Agustín se puso rojo. Es cierto que siempre que sabia que iban a verse, se "arreglaba" de cierta forma, pero no era algo que admitiría tan abiertamente. Para colmo está vez ni era su culpa, Marcos literalmente le dijo de la nada que vaya cuando él le contó que andaba en capital. Estaba en la calle, ¿qué podía hacer?, No. ¿Porqué tendría que hacer algo? Se sintió algo tonto. No tiene que andar justificando algo tan insignificante como si estaba afeitado o no.

— Ah, si... Me dió paja.. — Marcos entrecerro los ojos

— En el baño tenés para afeitarte

Se levantó y se dirigió a la cocina, parecía estar por poner agua a calentar. Agustín quedó parpadeando algo confundido

¿Me acaba de dar una orden?

El rizado trató de no profundizar en la leve emoción que lo recorrió con ese pensamiento. Esto es ridículo, no importaba lo hot que le haya sonado el tono que uso Marcos antes de levantarse, no era el momento. Obviamente algo le pasaba y tenía que preguntarle. El salteño dió la vuelta y lo miró inclinando la cabeza al ver que no se había movido ni dicho nada, apoyó ambas manos en la mesada, lo miró fijamente

— ¿Pasa algo?

Mierda.

La mirada, el tono, todo le estaba diciendo "¿Qué pasa que no haces lo que te dije?" Y lejos de enojarlo, eso lo emocionó bastante por razones que no quería pensar. Lo calentó, para hablar en criollo.