En el techo de su casa, un hombre corpulento, con una panza de borracho notoria desde lejos, se escontrava en el techo de su casa limpiando las canaletas llenas de hojas húmedas. Llevaba puestos unos guantes, y a su lado había una bolsa negra de residuos. El hombre agarraba un puñado de las hojas que se habían quedado estancadas después de una lluvia. Estuvo por más de diez minutos juntando una cantidad exorbitante, las cuales venían de arboles enormes de las veredas del vecindario. Llegó un punto en que, cuando metió la mano para sacar más, extrañamente se cortó. Él hombre bramó un grito bastante fuerte, puesto que aquel misterioso corte le dejó con una herida bastante pronunciada. El sujeto escarbó con más cuidado esa zona en la que sufrió la herida. Intentó encontrar lo que sea que le haya lastimado. Pensaba que pudo haber sido un pedazo de vidrio proveniente de una botella con alcohol, ya que suele tomar cervezas allí arriba, llegando al punto de emborracharse mucho. No le parece raro que quizás alguna botella que rompió una en su viaje de colores y que los restos cayesen en esa zona.
‹‹¿Por qué carajo hago esto?››, se reclamó el hombre en su cabeza.
Al unísono, sin previo aviso, un cúmulo de cristales rotos en forma de mano le tomó el brazo de entre las hojas, como una serpiente saliendo desde los arbustos para atacar. Los pequeños, pero abundantes pedacitos, se introdujeron en su carne, penetrándola. Pequeños hilos de sangre comenzaron a brotar de su grasosa y traspirada piel.
El hombre se echó para atrás, pegando un alarido voraz. Se tomaba del brazo, mientras su mueca cambiaba a una de tristeza y dolor intenso. Unas cuantas lágrimas comenzaron a brotarle.
La sangré aún no cesaba. De hecho, parecía que cada vez salía más y más.
La mano se apoyó en el techo. Otra más había salido de aquel montón de hojas húmedas que, para una hormiga, eso era una jungla. Se impulsaron hacía arriba. Desde la canaleta, salió un hombre -o aparentaba tener la figura de uno- de fragmentos de vidrio. Había en ciertas partes de su cuerpo diferentes tonos de cristales, tales como verde, azul, trasparente, rojo... La figura caminó con pisadas pesadas hasta el hombre normal. Se posicionó frente a él, y le dedicó una serie de palabras.
-La evidencia la ocultaste. Nos hiciste daño. La sangre de nosotros conservaba en estos quebrados. Fragmentos de nuestras almas están aquí, y fueron a parar a aquellos envases que utilizaste para acabarnos. Ahora, nos toca a nosotros -declaró el ser de vidrio.
El hombre de cristal se deshizo en el suelo. De un segundo a otro, la figura se trasformó en un gran apilado de vidrios. Estos fueron rápidamente hasta el hombre dañado, arrastrándose. Cruzaron por el pantalón, hiriéndolo en las piernas. Siguieron su camino por la barriga, pasando por el rostro del tipo e introduciéndose en su boca, bajando hasta su garganta y dañando todo el interior. Una fea hemorragia interna se presentó.
Una extensa invasión de cristales entro por todo el cuerpo del hombre, quien se estaba retorciendo y agarrándose la garganta, le empezaba a salir sangre desde el exterior.
A los pocos segundos, todos los trozos de vidrio -el cual tenía un sabor a su cerveza favorita- estaban dentro del ser humano. Este se sentó. Quería hablar, pero tampoco podía. Quería gritar, pero le resultaba inútil. Su lengua y su garganta estaban completamente dañadas, teniendo un ardor y un dolor agudo inmenso. Su pecho ardía con intensidad, podía sentir que se quedaba sin aire y que el dolor se pronunciaba cada vez más. Unos rugidos estomacales comenzaron a hacerse presente. Estos poco a poco fueron siendo cada vez más dolorosos. Los cristales estaban rompiendo su estomago. De hecho, pudo sentir como estos terminaban de cortar el órgano y caían violentamente hasta bajo, donde unos pocos cristales ya atravesaron por el tuvo que conectaban con los intestinos. El dolor predominó en su abdomen, y allí se mantuvo por varios minutos. Hasta que el hombre, ya completamente muerto, con una mirada vacía, los ojos bien abiertos y rojos, y con mucha sangre saliendo de su boca, cayó, teniendo la mirada fija al cielo. Las perturbaciones en el cuerpo se detuvieron abruptamente.
Horas después, la policía acudió a la casa, y también se presentaron ante la escena médicos y forenses. La policía tenía sobre sí una orden de arresto, pero se dieron cuenta que ya no les servía.
La noticia de la muerte de este hombre tuvo participaciones tanto en televisión, radio, revistas, periódicos... Los titulares de las cadenas televisivas dieron su informe, teniendo títulos cambiantes a medida que pasaban los días:.
‹‹ASESINO DE LAS CINCO PERSONAS DESAPARECIDAS FUE ENCONTRADO MUERTO EN EL TECHO DE SU CASA››
‹‹EL ASESINO, BRANDON CARSON, FUE HALLADO MUERTO EN SU CASA EN EXTRAÑAS CIRCUSTANCIAS››
‹‹LA AUTOPSIA DE BRANDON CARSON MUESTRA QUE MURIO DE UNA EXTRAÑA EMORRAGIA INTERNA››
‹‹"SU CUERPO ERA COMO UNA CALDERA DE CARNE Y SANGRE", DECLARÓ AMBER CARRIZO, CHICA ENCARGADA DE LA AUTOPSIA››
‹‹LA POLICÍA ESTÁ EN BUSCA DEL OBJETO QUE BRANDON UTILIZÓ PARA MATAR A LAS CINCO VITIMAS››
‹‹"RESTROS Y RESTROS DE CRITALES EN LAS CANALETAS", DECLARÓ UN OFICIAL››
//Hola, ¿cómo están? Quería comentar que eliminé esta historia porque la di a conocer en un concurso de escritura. Pasó un tiempo y ahora puedo volver a publicarla.
ESTÁS LEYENDO
Relatos Sobrenaturales
HorrorAquí verás cuentos hechos por mí. Los hago como buen amante de la escritura y la literatura, ya que estas dos cosas son mis pasatiempos más grandes. Ojalá les agrade.