—Mierda, puta mierda..—fueron la voz que soltó una voz, en una habitación completamente oscura, lo único que podía por lo menos contar como una iluminación, si lo podía llamar de esa manera, era un pequeño foco que estaba sobre su cabeza, el cual lo iluminaba a el apenas y un poco su alrededor, apenas un metro a la redonda, siendo todo lo demás que podía ver, una oscuridad sin fin, solo sabiendo que era un maldito condenado, uno que esperaba, o salir de aquella habitación, o la que probablemente para el sería la de mayores probabilidades, sería, morir, allí, o donde sea.
Su respiración era pesada y agitada, las gotas de sudor bajaban por su cuerpo y su rostro, combinadas con la sangre que soltaba su cuerpo a causa de varios hematomas y heridas y cortes abiertos, quemaduras, las cuales aún no habían cicatrizado, la sangre también bajaba desde su cabeza, con forma de una gran línea, al igual que de su nariz y su boca, estando completamente manchado de sangre en su rostro, esa era la miseria en la que vivía un joven de tan solo quince años, con su cuerpo fuerte ahora con gran cantidad de cortadas y heridas, junto a sus brazos abiertos hacia los lados estando encadenado y de pie.
Unos pasos se escucharon fuera de la habitación ante los oídos con una gran audición, y al escuchar los pasos cada vez más cerca, la puerta fue abierta, el sonido de la puerta rechinando fue escuchado por su oído, la repentina visita que había llegado solo le daba una mala espina y sobre todo un gran enojo, la figura entraba a paso lento, y cerrando la puerta detrás suya, era un joven de complexión normal, con el pelo celeste, y con varias manos en su cuerpo, excepto en su rostro.
—Shigaraki Tomura...—fue el nombre que dijo aquel joven encadenado, condenado a aceptar su destino, el cual veía a la persona frente a el quien era la razón de sus actuales desgracias, siendo aquel que lo condenó a esta horrible existencia y forma de vivir, la cual el no llamaría vida.
Shigaraki cerró la puerta detrás suyo, encendió una luz con uno de sus dedos y se pudo divisar mucho mejor como estaba la habitación, con paredes café oscuro, manchadas con sangre seca, y sobre todo se veía de mejor manera el cuerpo del individuo que estaba ahora siendo torturado, su único atuendo era un pantalón ancho negro.
—Es bueno ver qué sigues despierto, Héroe—dijo viendo al joven quien se encontraba encadenado, el cual respondió con una simple risa sarcástica por aquel asqueroso ser frente a sus ojos, al cual vio solamente con desprecio.
—Te lo diré por una última maldita vez, imbécil, no soy un héroe, solo se, a diferencia de ti, pedazo de mierda, ¡Lo que es correcto! Alzó la voz en lo último, y intentando avanzar hacia adelante en un impulso, sabiendo que estaba apresado por aquellas cadenas que lo retenían, Shigaraki avanzó hasta estar al frente de aquel chico, que a pesar de su estado en el que se encontraba, no escondería las ganas de torturar y masacrar al joven frente a sus ojos.
—Dices eso, cuando te has involucrado y metido, en todos mis malditos planes—dijo tomando un fierro, que se encontraba a un lado del chico, para después golpear su abdomen con el, causando que el joven suelte una respiración forzada ante el dolor que sintió en su abdomen, y sin acabar allí, le dió otro, y otro, y otro más, causando que el joven comenzará ahora a quejarse por aquel dolor, que comenzaba a molestarlo en absoluto—¿¡Que pasa!? Las otras veces gritabas más, vamos vamos maldita sea, ¡Grita! En un arranque de ira, dió un golpe con aquel fierro en la cabeza del chico, quien giro su cabeza al lado por la fuerza del golpe, soltando y escupiendo una gran cantidad de sangre, la cual salpicó y ensucio tanto el suelo como sus muros.
—Ugj..guhh..ahg..—fueron las quejas del joven, el cual dejaba caer gotas de sangre que se mezclaban con su saliva, respirando ahora con mayor pesadez—Admitelo, Shigaraki Tomura, si no fuera por qué estoy aquí, encadenado, ahora mismo...estarías muerto..—dijo con una sonrisa de locura viendo al peliceleste, que ya se comenzaba a hartar ante la gran confianza que tenía el joven en sí mismo.
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-Crueldad y Sin Piedad-
Fanfiction-¡Papá! fue el llamado de un niño, uno muy pequeño. -¿si? fue la respuesta de un adulto, viendo a su hijo con la edad de 12 años. -¿Por qué siempre tus entrenamientos son muy duros y rigurosos? siempre nos hacen quedar exhaustos a pesar de entrenarn...