Capítulo -. 1

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Algunos años antes

Es un día bastante nublado, apenas y  se puede distinguir el panorama, evidentemente, porque son cerca de las cinco de la mañana.

La mujer succiona el humo de su cigarrillo por última vez, para después lanzarlo fuera del auto hacia la carretera.

Sus increíbles uñas pintadas golpean con nerviosismo contra el volante, haciendo un sonido irritante: no se siente completamente segura.

Atraviesan una curva con inestabilidad y está comenzando a entender, que ya no hay marcha atrás.

Revisa de reojo la canasta a su lado, y sonríe tiernamente al ver a su pequeño bebé que aún duerme.

No quiere aceptarlo, le duele inmensamente tener que abandonarlo, pero es lo mejor para él.

Posiblemente tenga una mejor vida que la que puede tener con una madre prostituta que a penas tiene para comprar un poco de comida rápida.

Acomoda bien la pequeña mantita que le a colocado encima, asegurándose de que no se cuele el frío por ninguna parte.

Baja del automóvil una vez que ha estacionado frente a la gran propiedad, una casa hogar.

Golpea un par de veces el prominente portón de madera, tratando de controlar su cuerpo tembloroso por el llanto.

Besa rápidamente la mejilla de su hijo antes de dejarlo al pie de aquel sitio, montándose nuevamente en su automóvil y escapando en él de regreso a la ciudad.

Una señora mayor abre la puerta tratando de encontrar a quien a llamado a su puerta, baja la mirada encontrándose con aquel canasto y casi sin pensarlo, lo recoge.

Esa situación es bastante normal, pues suelen abandonar a decenas de niños de esa forma fuera de la casa.

-Pero qué tenemos aquí. - Le retira la manta del rostro. -Que hermoso bebé. - Juega con sus mejillas.

-Señora Cielo, ¿Otro más? - se queja acercándose.

-Guarda silencio Julia, vas a despertarlo. Recuerda que es mi casa y yo decido cuantos niños más voy a recibir; tu trabajas para mí, no conmigo, recuérdalo por favor. - le sonríe al bebé entre sus brazos, que aún duerme. - Llévalo a que comparta cuna con Pedro, ya le hace falta un amiguito. - Le dice y se lo entrega con cuidado.

-Lo lamento, señora. - Se marcha con el nuevo bebé en brazos.

El nuevo bebé es muy precioso y parece ser muy tranquilo, todo lo contrario al bebé pelinegro que llegó hace dos meses; él es muy berrinchudo.

-Mira, ya tienes alguien que te haga compañía para que no te sientas solo. - susurra metiendo al castaño con él, ambos están durmiendo.

Apenas lo acuesta, Pedri abre los ojos alarmado, viendo en todas direcciones. Ve al recién llegado y con rabia, le escupe, haciéndolo despertar.

-Ya Pablito, no llores. - Lo carga y comienza a arrullarlo, ha leído el nombre de la etiqueta en su ropa.

-Eres un bebé muy grosero, Pedro. - dice la señora Cielo  entrando a la habitación -No debes ser así con los otros bebés o no van a quererte. - acaricia su cabecita -Yo soy la única con la que te comportas y no voy a durar por siempre, tienes que aprender a convivir con los demás. - le susurra, como si él lograra entender algo de lo que dice.

Cielo es la única que puede cuidar al ojimarrón, ya que él no se deja tocar por nadie más que no sea ella, se altera con facilidad con el resto. Siente que ella es su mamá.

Odio San Valentín (Adaptación Gadri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora