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𝟐𝟒 𝐝𝐞𝐃𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞𝐝𝐞𝟏𝟗𝟏𝟕 - 𝐂𝐡𝐢𝐜𝐚𝐠𝐨,𝐈𝐥𝐥𝐢𝐨𝐧𝐬. 𝟗:𝟐𝟒𝐚.𝐦
(Un mes y 8 días antes de la pandemia de gripe española.)
𝐄𝐃𝐖𝐀𝐑𝐃𝐒𝐎𝐋𝐓𝐎 𝐄𝐋 𝐀𝐈𝐑𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐀 retenido bastante tiempo en sus pulmones, estaba algo nervioso por la fiesta, tanto que se había despertado al menos tres veces en la madrugada pensando que ya era momento de ir a la fiesta. Se acomodó la camisa por milésima vez y se vio al espejo, estaba por salir con su madre a terminar de organizar las ultimas cosas en el salón que rentaron, al igual que después de acompañar a su madre iría a comprar unos regalos para sus amigos.
Bajo las escaleras encontrando a su madre al lado de la mesita de madera metiendo sus cosas a la bolsa de mano que llevaría, camino despacio hasta llegar hacia ella y la observo con melancolía y tristeza, quería guardar todos los detalles de la cara de la persona que mas le amaba.
—Oh, Edward ya estas listo, perfecto ya tenemos que irnos— Eli alzó la vista encontrando a su hijo arreglado, guardo las ultimas cosas y se enderezó.
— Si madre — Edward contestó en voz baja pero entendible para ella y fue caminando detrás de ella.
Madre e hijo salieron de la casa para empezar a caminar por las calles del madrugador Chicago, no había tanta gente como otros días pero aun así lo suficiente como para tener que esquivar una que otra persona mientras caminaban, ambos Masen llegaron a la panadería "Brooks Boulangerie", una panadería francesa no tan famosa pero que a su experiencia podría ser de una de las panaderías con los panes más deliciosos que a probado.
— Buenos días Pierre, ¿Tienes mi pedido? — Elizabeth se acerco con elegancia al mostrador mirando al señor Pierre.
—¡Oh!, Madame Masen, su pedido ya esta listo, solo falta la dirección a donde mandarla cómo habíamos quedado — El señor Pierre hablo con un característico acento francés.
El señor Pierre Dubois, fue uno de los franceses que inmigraron a Chicago durante la primera guerra mundial, fue cliente de mi padre durante unos días hasta que Dubois obtuvo su nacionalidad al casarse con su esposa, Jasmine Brooks, una panadera que le extendió la mano cuando Pierre buscaba trabajo, ¿Pero quien diría que se enamorarían?, al final son una pareja felizmente casada y con un hijo aproximándose.
— Si, aquí le traigo la dirección — ella saco un papelito doblado con delicadeza y se lo extendió a Dubois el cual lo agarró — Antes de las diez de la noche, para que cuando lleguen los invitados este ya todo puesto.
— Como este ordene Madame, ¿Algo mas que pueda ofrecerles? — Pierre miró el papelito para después guardarlo en su bolsillo del chaleco.
—Creo que eso es todo, hasta luego Pierre — su madre se despidió con una leve inclinación.
