Capítulo 1

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Solté un suspiro de cansancio, apenas mi espalda se hundió en la suavidad del colchón.

Estaba muerto. Las filmaciones oficiales ni siquiera habían comenzado todavía y ya sentía que llevábamos años trabajando en la postproducción, pero Bayona quería que nos familiarizáramos lo más posible con la historia, así que era necesario conocer las locaciones para adaptarnos a ellas físicamente, estudiar a los sobrevivientes y víctimas del accidente para trabajar en nuestros personajes, y por supuesto, formar un vínculo con el resto del elenco para que la química en la pantalla fuese indiscutible. Era un proceso desgastante, sí, pero naturalmente gratificante. Nada se comparaba a la adrenalina, empatía y euforia que provocaba en nosotros ser partes del proyecto. Cado uno experimentaba emociones diferentes, pero al final del día, todos estábamos igual de ansiosos por ver los resultados.

Solo debía ser paciente y mantener la cabeza lejos de cualquier tipo de distracción, poner todo de mi parte para que en los meses posteriores mi desempeño fuera impecable. Sabía de sobra que no había absolutamente nada de lo que debiera preocuparme.

Apenas había cerrado los ojos para dejar de lado aquellos pensamientos, cuando la puerta del baño se abrió de golpe.

—¿Qué hacés? —inquirió Juani, deteniéndose a medio camino sin nada más que una toalla cubriendo la parte inferior de su cuerpo.

Aparté los ojos de él sin darle mayor importancia.

—¿No estás viendo?

—¿Vas a dormir?

—Sí —respondí, como si no fuera obvio—. ¿Podés vestirte rápido y cerrar las cortinas? No puedo dormir con tanta luz.

—No me estés jodiendo, Mati. Son las siete de la tarde, ¿cómo te vas a dormir tan temprano?

—¿Qué tiene de malo?

—¿Ya no te acordás? Habíamos quedado de juntarnos a celebrar con los pibes.

—Pero si todavía ni empezamos a grabar, boludo. ¿Qué querés celebrar?

—Que terminamos los ensayos —me reí por lo divertido de la situación, pero a Juani parecía no hacerle ninguna gracia—. No seas aburrido.

Puse los ojos en blanco y le di la espalda, haciéndome un ovillo en la cama.

—Vamos, Mati. Ya están todos allá —dijo. Podría jurar que estaba poniendo la mayor cara de gato con botas que haya existido jamás, por lo que agradecí no poder verlo.

Al contrario de lo que mi amigo pensaba, disfrutaba mucho pasar tiempo con el elenco, en especial con los que me había hecho más cercano, pero el proceso de casting nos había tomado varios meses y ya llevábamos semanas enteras conviviendo. Para mí, eso era más que suficiente. Necesitaba respirar, tener mi propio espacio y volver a conectar conmigo mismo.

—Vamos, Mati... —repitió— No tendremos una oportunidad como esta en mucho tiempo más.

Suspiré, meditando sus palabras. Lamentablemente, sabía que tenía razón. Por muy cansado o estresado que estuviera, debía admitir que la idea de tener una última noche de fiesta con los demás, era más que tentadora. Difícilmente podría dormir, sabiendo que era el único pelotudo que no lo estaba pasando increíble.

—Dale —acepté entredientes, poniéndome de pie—, pero no me quedaré mucho rato -agregué, en cuanto vi a Juani sonriendo, emocionado.

—Sí, sí, como vos digas.

Lo miré con los ojos entrecerrados, como si quisiera advertirle que no estaba para boludeces. Solo iría por un rato. Iba a beber y a relajarme tanto como mi cuerpo me lo permitiera. Además, estaría con mis amigos y con personas de confianza.

Red Light [Enzo x Matías +18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora