Alguna vez todos nos hemos enamorado espontáneamente, hemos conocido a alguien y se ha vuelto de alto valor en tu vida. Todos hemos tenido 16 años alguna vez, vivimos con la intensidad de lo que sentimos, nos dejamos guiar por estas emociones fuertes que no parecen irse nunca. También hemos pasado por cosas fuertes y traumaticas independientes a nuestra edad. Con las que cargamos en silencio por el miedo de que sean más reales al escucharlas desde nuestra voz.
Esta historia se basa en dos personas que fueron demasiado rápido, sintieron demasiado rápido. Se enamoraron sin tenerlo en cuenta, siendo amigos que compartían vivencias, siéndoles imposible estar lejos del otro durante los días. Él un poco mayor, ella tres años por debajo de él. Un amor a distancia qué no pudo contra esta.
Se separaron, no hubo explicación, no volvió a saber de él, pero ella cumplió una promesa que vivió durante los dos años que compartieron. Hasta que esa promesa se cumplió, ella siguió su vida sin él. Qué fue la parte más importante de su adolescencia, ese amor qué te marca porque con el descubres todo. Te descubres a ti.
Cuando creyó qué todo empezaba a estar mejor, una traición por parte de todo su alrededor la dejó en cero.
