2

2 1 0
                                    

Solo estás cosas le pasan a la pobre Lía.
....................................................................

Dios mío, que vergüenza, esto no podía ser verdad, ¿que hacía este chico en mi habitación?

El me miraba con una expresión muy odiosa, como si quisiera matarme, y yo solo estaba demasiado asustada.

- T..Tu ¿Que haces aquí? - Le pregunté demasiado nerviosa.

El frunció su entrecejo y respondió.

- Está es mi habitación. - Su voz era cortante y fría.

- Pero la señora que me dió la llave me dijo que mi compañera se llamaba Sarah Torrence. - Sentí que ya estaba al borde de llorar.

Respiré hondo y aguanté las lágrimas.

- Jum, ya veo. - Dijo en un tono frío. - Me pasó lo mismo que a ti está mañana, me dieron la llave 112A, y esa es la llave que va hacia tu habitación.

El camino hacia un bonito mesón que estaba ahí, sacó la llave de su bolso y me la entregó.

- Está es tu llave, la que tú tienes es mía. - Hizo un ademán para que le entregará la llave.

Yo le entregué la llave, y el me miró con mucha seriedad.

- Y por si no te explicaron, este pasillo es solo para chicos, tu habitación queda en el segundo edificio. - Hizo una sonrisa falsa.

El cerro la puerta, y yo me queda parada ahí, como una estúpida, me sentí tan avergonzada. No sé por qué siempre me pasan estas cosas a mí, siempre estoy pasando vergüenzas en todos lados. Dios mío.

Después de tanto caminar como por quince minutos, por fin encontré la habitación, ahora era la 112A.

Esperaba de verdad no encontrar a ningún otro chico casi desnudo ahí. Abrí la puerta cuidadosamente, y en la entrada ví mis maletas y solté un pequeño suspiro de tranquilidad.

Cuando entre ví a una chica rubia acostada en un lindo mueble azul cielo que estaba ahí, mirando su teléfono. Ella me miró y salió disparada a saludarme, estaba muy contenta de verme, al parecer.

- Tu debes ser Lía, ¿No? - Dijo muy entusiasmada.

- Si, soy Lía. ¿Tu eres Sarah, verdad? - Pregunté con algo de vergüenza.

Ella asintió.

- La misma. Pero esperaba que fueses más grande, tu pareces un pequeño gato asustado, y estás pálida. ¿Estás bien? - Dijo desconcertada.

- Si, si, estoy bien, solo que he caminado mucho hoy, y tengo mucha hambre. - Dije entrando por completo a la pequeña habitación. - ¿Cuál es mi cuarto?

- Bueno, yo tomé el primer cuarto, así que el de al lado es tuyo. - Sonrió amablemente.

Observé la habitación y era muy acogedora, como una pequeña casita. Estaba pintada de color lila, tenía una pequeña salita donde estaba una computadora moderna, y unos muebles azules pequeños pero muy bonitos. También tenía una pequeña cocina que se conectaba a la sala, con una nevera moderna también, y su propia cocina para que cocinaramos. Arriba de la cocina había una gran alacena, dónde podíamos guardar alimentos secos, platos, vasos y viandas para comer. También había un pequeño baño entre los dos cuartos, se veía muy bonito y perfectamente arreglado también.

911, corazón herido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora