¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de todo el drama y un buen regaño, bueno el regaño sigue en verdad.
-No puedes hacer este tipo de estupidez -dijo Clarisse por milésima vez- Si tus poderes te dañan, no son cosas positivas porque no te benefician, así que debes dejar de utilizarlos - su voz realmente sonaba enojada. Mientras decía todo esto caminábamos
- Bueno, estamos a salvo - dije intentando calmarla con la buena noticia
- ¿A salvo a cambio de qué? ¿De que tu maldición siga? - se giró mirándome, sus ojos me dan miedo. De repente cerro los ojos y suspiro negando - Basta Clarisse, esto no llevará a nada
- Exacto ricitos, calma por favor - intenté animar, abrió los ojos enojada y poco más pensaba que me iba a gritar pero solo suspiro y se calló.
- ¿Qué te provoca tu maldición? - dijo volviendo a la caminata
- No sé mucho pero yo diría que utiliza más energía, me duele utilizar los poderes, mareos quizás... - dije pensando
- Ahí tienes más razones para no utilizar tus malditos poderes -me señalo como si me estuviera acusando de asesinato o algo así, parecía un debate supremo
- No voy a hacerte caso, mis poderes son mi mejor arma - quería finalizar cuanto antes esta pelea aunque parecía que lo que dije le encendió más
- Encima que me preocupo, si me conocieras desde mucho sabrías que nunca hago eso - dije ella cruzando de brazos, parecía querer mantener la calma pero su cara le daba ganas de asesinar me
- Bueno, puedo intuir que soy especial entonces - me reí levemente y ella solo se quejó - También sé que soy especial porque hiciste caso a mi orden, ¿una hija de Ares haciendo caso a otra persona sin que sea otra de Ares o el mismo Ares? Mmm, es muy difícil - ya tengo una cosa con que molestar. De repente sentí un peso sobre mi tirándome al suelo
- Basta - sí que está enojada, estaba sobre mí apretándome contra el duro suelo. Sus manos me sujetaban los brazos y tenía mis piernas rodeadas por las suyas.
- ¿Y si no me detengo? - la situación me hacía gracia pero a la mismo tiempo tenía que ir con cuidado, estaba muy enfadada por mi culpa. La miro esperando que diga algo pero sólo se acercaba a mi, ¿qué mierda va a hacer?