.

6 1 0
                                    






Era amor, o solo una maldita obsesión, prohibido pero adictivo; tan especial pero secreto, inevitable y no fugaz... Un amor que ardía como fuego oculto, que se alimentaba del silencio, de los suspiros contenidos y de las miradas que decían lo que las palabras nunca se atreverían. Ese hilo que nos unía no era un lazo cualquiera, era una trampa deliciosa del destino, que nos empujaba el uno hacia el otro, a pesar de lo prohibido, a pesar de lo imposible.













.

El arte por lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora