PARTE DOS

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"Ese pequeño escalofrío que cruzó tu espalda, fui yo besándote desde lejos..."

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UN MES DESPUÉS.
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Los días continuaron pasando, trabajando de día en la oficina y asistiendo a multiples eventos sociales en la noche, había adquirido un comportamiento monótono que le estaba  comenzando a molestar, no porque fuera difícil cumplirlo sino por el gran esfuerzo que conllevaba, llegaba a casa tarde de la noche y en lo único que pensaba en dormir además de que los murmullos en la mañana por parte de los demás empleados no era algo lindo de escuchar, sin embargo no menciono ni una sola palabra y continuo como si nada.
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Venia llegando del receso de medio día y tomo asiento en su puesto para retomar las actividades que había dejado pendientes, pero por más que intentaba concentrarse simplemente no podía, así que se levantó y fue hasta el baño a lavarse el rostro, pretendia que el agua la ayudará a despabilarse pero tampoco funcionó y simplemente la desconcentro a un más; casi diez minutos después recordó que en uno de los cajones de su escritorio había guardado unos auriculares de cable, los tomo sin ningúna preocupación y se los coloco pues en la mañana el Taisho le había dicho que no lo molestará en todo el día por ellos no tenía verlo y tampoco esperar algún llamado. Los conecto a su teléfono y busco entre su playlist alguna canción que le hiciera recuperar los ánimos y se encontró con una que hace tiempo no escuchaba pero en su adolescencia era una de sus favoritas.

I Wanna Dance with Somebody  de Whitney Houston, inmediatamente y casi por inercia comenzó a tararear la melodía pegadiza de la canción, en cuestión de segundos una sonrisa comenzó a adornar su rostro y sin percatarse comenzó a trabajar al compás de la música.
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Sin embargo toda su concentración se fue al caño cuánto noto como una mano albina dejaba un folder sobre su escritorio, inmediatamente se quitó los auriculares y recobró la compostura para así con timidez fijar la vista en u jefe.

- Ya que usted está tan ocupada me limito a irme- comenta con sarcasmo mientras le dedica una mala mirada.

- Disculpeme señor- se excusa rápidamente mientras se levanta apenada y hace una pequeña reverencia.

- No la contraté para que venga a divertirse al trabajo señorita... ¡Le pago para que sea eficaz y concisa en lo que hace!- finaliza mientras se da la vuelta y regresa a su oficina.

Luego de aquello la castaña tomo asiento, nuevamente había perdido la emoción por culpa de su jefe y no le quedó más opción que guardar los audífonos y concentrarse como pudiera en terminar todo el trabajo que aún tenía pendiente, pero que para su sorpresa luego del regaño se volvió más ligero pues cuando acabo su jornada ya había acabado con todos los pendientes y sin pensarlo mucho recogió sus cosas para salir del establecimiento, por suerte aquella noche no debían ir a ningún lugar así que camino sin prisas, tomo el ascensor como rara vez hacia y salió de la empresa a paso lento pero decidido, camino hasta la cuadra siguiente en dónde tomo asiento en la parada del bus, quizás demoraría más pero aquel día quería despejarse y aunque esa no fuera la mejor manera así lo había decidido; ahí espero durante diez minutos pero el autobús aún no pasaba, estaba al borde del desespero pero se contuvo cuando vio que aún era temprano y que podía esperar un poco más, se recostó en el espaldar de la banca y dió un leve suspiro ¡Que locura había Sido el último mes! Ya se sentía como la mentirosa del año, todos realmente creian que entre ella y el albino había una relación...
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Atrapame si puedes. (THREE-SHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora