｡⁠*ﾟ⁠+✧ Stockholm fantaisie ✧｡⁠*ﾟ⁠+

⁠.⁠｡⁠*⁠♡día 1.⁠｡⁠*⁠♡

Día 1, el encuentro.

Hace Miles de años, mucho antes de nuestra época, las caricaturas fantasiosas que vez en los libros de cuentos convivían con nosotros, los humanos, la fauna floral en ese tiempo estaba más florecida, los humanos no se atrevían a entrar a los bosques y vivían apartados de las criaturas por temor a estás, nuestra historia abarca en el pueblo de 'village isolé', un pueblo religioso y cerrado de mente apartado de los bosques, el pueblo era pintoresco, el olor a pan se olía en cada callé, las ventanas abiertas para ventilar la casa y los niños jugando en las calles, todas estas cosas se fueron al una peste esparcir, 'rides du diable', hacia que las personas se vieran de forma vieja, con mil arrugas y su piel enrojecida que ardía, las calles ya estaban vacías, la enfermedad azotó a la puerta de todas las casas, menos al curandero del pueblo, el brujo blanco Gabriel.

Junto al pueblo village isolé se encontraba el bosque, el Bosque Dakari dónde vivían cientos de hadas, duendes, elfos, etc. Los lagos eran cristalinos, dónde andaban algunas ninfas, en los árboles colgaban las pequeñas casas de las hadas una comunidad grande pero a la vez pequeña, los elfos dormían en el pasto y recolectaban hongos para comer, la brisa era fresca, está misma se llevaba hojas verdes y polvo, las flores estaban coloridas, las abejas y mariposas volaban entre los árboles junto a las hadas.
una pequeña híbrida llamada Hikari miraba alrededor, junto a su cesta de madera clara vacia, hecha por ella misma, hoy era un día hermoso para recolectar hongos.

Mucho más lejos, fuera del bosque Dakari se encontraba un lugar mucho más sombrío, dónde los árboles aumentaban de tamaño, las flores no habitaban en ese ecosistema y las criaturas más temibles se encontraban, casi siempre el bosque maldito estaba lleno de una espesa neblina que nublaba la vista de cualquiera, los sonidos de las ramas chocando y las hojas en el viento, la brisa era mucho más fría y el entorno se podía sentir tenso.
solo los seres del bosque Dakari habían sabido lo peligroso de este bosque, por las historias de sus padres y ancestros, mientras que los del pueblo village isolé no tenían idea de este bosque, pensando que era una parte más del territorio de los elfos y hadas.

Gabriel un brujo blanco, un curandero que salvó miles de vidas en su pueblo, ahora, su pueblo sufría de una enfermedad sin cura que hace meses estaba atacando, Gabriel había tratado con todos sus esfuerzos, todas las combinaciones, todas las opciones, todo, se sentía un fracasó.
empezó cada noche tras noche investigar en libros de magia, elfos, ninfas y demás, sus ojos tenían ojeras en prueba de su esfuerzo y cansancio, hace mucho tiempo no se había sentido así, comenzó a pasar pagina por página, todos los libros esparcidos por la mesa junto con hojas de apuntes, inservibles, paró en una página, punto y leyó atentamente, 'la sangre de una hada junto a su polvo curará cualquier mal, de los reinos contado estos métodos son algo peligro...' eso era todo lo que Gabriel había leído, no necesitaba escuchar nada más, junto todo para irse, una mochila con muchas cosas, entre ellas una daga de hierro, botellas para almacenar la sangre de la desafortunada hada, camino hacia el bosque más lejano y profundo, dónde las bestias abitaban, se escondió entre arbustos y allí vió a esa hada híbrida de cabello castaño, sentada en la rama de un árbol.

Gabriel, al ver que la pequeña híbrida de elfo tenía alas, no lo dudó, sacó una red de pescar, con las que se agarran peces grandes, rápidamente la lanzó hacia la pequeña hikari, está de alguna forma logro salir de la trampa, rompiéndola en el proceso, Hikari sin dudarlo un momento corrió por su vida, la adrenalina subió y el ambiente cambió, miraba a todos lados con el ceño fruncido, maldiciendo en voz baja, mientras que Gabriel solo se centraba en correr detrás de Hikari, intentando con todas sus fuerzas atraparla, saltando troncos caídos y cortados, arbustos, pasaban entre árboles y árboles, en lo más profundo del bosque, en dónde las bestias habitaban, un sonido en falso y la muerte sería para los dos, antes de que Hikari pudiera volar lejos, Gabriel agarro su daga y la lanzó con todas sus fuerzas, apuñaló a Hikari por debajo del pecho, Hikari cayó al frío suelo debajo de ella, la tierra y el polvo la cubrieron, miro sus manos llenas de sangre, cubrió instantáneamente su herida, mientras que Gabriel la veía desde arriba, parado en una de sus piernas para que no intentará arrastrarse lejos.