Claro, era bastante obvio. Molestar era lo único que podían hacer y eso mal.
Las clases en el aula son aburridas o más eso era lo que pensaba uno de los chicos sentado a unos cinco pasos del profesor. Anteriormente lo pasaron a ese precio lugar para que el maestro "vigilará" al estudiante.
Por otro lado, podría decirse que al fondo del salón, se encontraba un chico, que no iba muy bien en sus calificaciones, trataba por entender aquellas oraciones en ingles. Sabía que si no pasaba aquel año, adiós a la escuela.
Y no había un tutor que lo ayudase, o bueno si, había tres chicos muy diferentes al resto. Un estudiante quien tenía amistad pero habría el peligro de ser aquel chico un alfa, había una beta pero la chica no quería ni ver a nuestro protagonista, También estaba un beta pero las explicaciones de el no eran muy buenas.
Tenía que pasar el año si o si. Quería demostrar a su familia que no era un bueno para nada, lo era pero que hacerle. Su mirada solo se concentraba en el reloj a unos centímetros arriba del pizarrón, exactamente en medio del ya mencionado.
No podía esperar, aparte de que esa era una de las clases aburridas y apunto de reprobar, muy aparte de eso y nada que ver. Era su pareja, un alfa recesivo de nuestro protagonista llamado: Jorge.
Nunca iba negarlo, aquel alfa recesivo lo traía como perro arrastrado, no le importaba que este lo maltrataba en frente de sus propios "amigos", es más a nuestro protagonista le llamo aquel alfa recesivo, que antes era un beta.
Ahora como alfa, ya había más posibilidades, ¿Cuáles? talvez era una excusa para poder estar con el. Una mentira para que sus amigas le hicieran caso y apoyaran la relación.
No todos los días se convivía con alguien de ese tipo de apego, uno violento. No era un amor sano.
Al tiempo que pasaban ellos dos juntos, en el corazón de Jorge se sembró una semilla, que con cada maltrato eh insulto, crecía una raíz de dolor, pero amor a la vez. Ahora tenía una pequeña planta o más bien ya con unos frutos de su cosecha, que los frutos eran..
Ser pésimo en la escuela.
Claro, el era un exelente estudiante antes de conocer aquel tipo que le arruinó, mayor parte de su vida. Salia por las noches, salia sin permiso, iba a fiestas, como era de no esperarse, había echo varias veces dónde en su cuarto en la mesita de noche, se encontraba las pastillas para no embarazarse.
Podrían pensar lo que quiera, pero nuestro protagonista, nunca dejaría de amar a su pareja... ¿Oh si?
En el tiempo de descanso o conocido como "receso escolar", Aquel chico con un nombre común, caminaba alegremente por los pasillos, sabía que ese día su chico se encontraría lejos de la escuela: El sotano. Bueno no era un sótano en si, guardaban unas cosas en aquel lugar.
Entro como era ya de costumbre sin permiso, quería recompensar algo pendiente con su pareja. Unos pasos y se fue a sentar en una silla, esperando a que su pareja saliera con unos instrumentos o algo parecido.
Vio algo moverse, y sonidos en el lugar. Cada vez que los sonidos se hacían presentes, su emoción crecía, era talvez un encuentro carnal, la atmósfera se tornaba cada vez más caliente, las feromonas de el Omega se esparcirán en el lugar.
Una baqueta, la cual le tiraron y afortunadamente no alcanzo a pegar en su cabeza.
-Apestas horrible, "Barata"- Fueron palabras directas.
Un alfa de su propia clase, el cual había mencionado que se sentaba casi cerca de los profesores, había presenciado aquel escenario, no agradable para el. Un fuerte sonido de un golpe, fue a dar justo alado de el.
Bueno la vista fue a quedar en el hombre alado de el.
-Tu eres el de los rumores, Tu noviecito a quien te revolca, en este sucio lugar, no vino. Ahora vete barata.
¿Cómo podía saberlo?, el no estaba enterado que el no iba a venir realmente, estaba apenado, no, avergonzado más que eso.
Trato de levantarse o quitarse de dónde estaba sentado pero la mirada penetrante de su acompañante no deseado lo miraba con desprecio y con una pizca de pícara
Ahora ya podría hacer lo que se lea antojara con aquel chico.
Lo que quería hacer podía ser un chantaje, ¿Pero por que debería ensuciar sus manos con un cualquiera?, era claro, solo quería jugar un rato.
Sabía perfectamente que ya tenía alguien con el, pero le valía, solo quería divertirse, creo que no le basto acostarse la noche anterior con su pareja llamado Adrián.
Gaona sabía perfectamente su estado, su "pareja".
Con un trago de su propia saliva, quien se logró escuchar aquel trago propio. Jorge bajo su mirada, y luego la paso hacia su acompañante. Busco la forma de como escabullirse y salir de tal lugar.
Un fuerte apretón de parte de su brazo más un fuerte agarre a su quijada paro a dar en el Omega de nombre Jorge. Aquel inicio logro hacer que Jorge mirara a Gaona topando ambas miradas.
Apretó su quijada, para abrir su mandíbula a su fuerza. Un olor fuerte inundó sus fosas nasales, los cuales hacían temblar sus piernas y trato de caerse, pero el fuerte jalón de su quijada no dejaba pasar tal suceso.
Dejar su boca abierta logro sentir algo diferente.
Gaona escupió atinando, al bucal de su acompañante, con una cara de asco después de tal acto, dando entender de que se lo tragara. Lo hizo, siguió aquel juego.
—Abre mas tu puta boca.
Lo hizo. De pasar sus manos de donde estaban posicionadas, pararon a dar a el cuello apretando un poco este. Acercó su rostro a el cuerpo individuo o los labios ajenos.
Al principio negaba aquel beso no deseado, quería moverse pero el individuo sujetaba fuerte sus muñecas. Ni patear al individuo podía, las feromonas de el mayor lo estaban torturando, queriendo hundirse en aquellas feromonas.
De presionar sus labios para no dejar pasar al intruso y dejar formar un beso, paso a mover sus labios al con paz de los ajenos, dejando ser apretado y manoseado por el contrario.
Cuando dejo de poner fuerza, sintió un empujón hacia la pared. Agarro el cuello de la camisa de su contrario, Gaona lo veía con fastidio.
Jorge sentía un leve dolor en su espalda debido al empujón, a un sintiendo aquel aliento y sabor de su contrario. Un dolor por parte de su trasero sintió, era la rodilla de ganona metiendo para poder rozar su rodilla con dicho lugar, lo cual Jorge deseaba ponerse de puntillas para no sentir aquel roce.
El alfa agarro de un hombro apretando fuerte y en el mismo lugar trataba de sentarlo en dicho lugar, movia su pierna con algo de rapidez, logrando sacar un quejido por parte del menor.
—No creo que seas tan estúpida para que vayas con tu noviecito sobre mi. Y no quiero que se entere de lo que hice con su puta barata.
Jorge solo bajo la mirada apenado, quito su pierna y Jorge casi cae por tal acto. Gaona empujó en su pierna a Jorge, sacando de ese lugar. Tal acto solo hizo tropezar a el menor.
—
Un secreto.
Nunca había tenido un secreto a escondidas de su pareja.
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Revancha perfecta.
Teen FictionNo puedes enamorarte de alguien que engaña a su pareja para estar contigo, y tu no puedes enamorarte de esa persona a un que tengas pareja. ¿Eso es verdad? Shipeo entre mis compañeritos