One Piece shots

³· Z o l u (pt.1)

Independiente del anime (o sea que no tiene que ver con algún capitulo en específico)

AU Escolar
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R o o m a t e s

Zoro no quería compartir habitación, pero no es como que fuera lo que él quisiera.

Y Luffy, bueno, Luffy no iba a darse por vencido con ese peliverde que desde que le había conocido le daba cierta curiosidad en cuanto a su personalidad y demás.

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– Bien, Zoro Roronoa, esta es la llave de tu habitación – se la deslizó sobre el escritorio –

– Gracias señorita Tashigi – la tomó y guardó en la bolsa de su pantalón –

– Por nada, ah sí, por cierto, quiero decirte que tu compañero llegó recién también

– ¿Compañero? Pero se suponía que quienes lo prefirieramos podíamos tener habitaciones individuales, ¿No?

– Oh, veo que no estás enterado, resulta que están haciendo remodelaciones, el director Smoker lo informó ayer por la página de la escuela, ¿No estuviste al tanto?

– ¡¿Había una página?! – pensó – Oh ...entiendo, no, olvidé revisar, sí eso, bueno, gracias – hizo una leve reverencia con la cabeza, la muchacha sólo asintio y sin más, él se fue de ahí –

Con un suspiro, se dirigió a donde sería su habitación.

Iba caminando y en ese momento justo un chico de cabellera negra y sudadera roja venía también en la misma dirección. ¿Será él? Me da la impresión de que esto será de todo menos normal – pensó y suspirando una vez más, dispuesto a sacar la llave que no recordaba siquiera si la había echado en su mochila de un solo tirante o en su pantalón –

Sí, demasiado distraído para ser verdad.

El chico estaba rebuscando en la mochila a pesar de que literalmente estaba vacía, teniendo sólo una libreta de tareas y su lapicera.

Era como esa ironía de que las cosas aparecen en un instante en determinado lugar cuando antes claramente no era así, pero como era tan distraído como para recordar siquiera que la había echado en la bolsa del pantalón, aquí aplicaba, no, y todavía faltaba ver que no se le hubiera caído.

Mientras rebuscaba, el otro chico, con la llave lista en mano, se acercó de a poco y saludando.

– ¡Hola! – con una sonrisa habló –

– Yo – aún rebuscando medio alzó una mano a modo de saludo –

– se acercó a la cerradura y abrió la puerta – Soy Monkey D. Luffy – guardó la llave, y decidió esperar al otro –

– Roronoa Zoro, mucho gusto – para ese momento la puerta ya estaba abierta pero él por seguir buscando ni se había dado cuenta –

– El gusto es mío – sonrió nuevamente pero no fue visto – Oye, ¿Qué buscas?

– La lla– en ese momento justo por fin alzó la vista ya con la llave en mano, la cual recién había encontrado en la bolsa de su pantalón que ojo, ni siquiera lo recordó, sólo fue coincidencia – ve...

– Oh, ¿La llave? No te preocupes, ya abrí la puerta yo – rio –

– Oh... Bueno, gracias – por fuera parecía sereno, pero por dentro se estaba muriendo de vergüenza, porque o sea, Roronoa Zoro quería ser el que abriera la puerta de la habitación y no verse como un completo tonto –

Okay, eso había sido bastante vergonzoso, se sintió tonto sin duda, sin más remedio, un poco apenado guardó su llave, pero bueno, sólo había sido eso y nada más, no podía empeorar ¿O sí?.

Ambos chicos estaban dispuestos a entrar, pero con lo que no contaban, era que justo ahí empezaría una clase de "rivalidad" muy tonta y más por parte de Zoro, antes que de Luffy.

Los dos en un intento de entrar, chocaron, como buenos idiotas, ni siquiera con intenciones de ceder el paso, en el caso de Luffy por la hiperactividad que desprendía al parecer de su compañero y por parte de Zoro, debido a que él no había abierto la puerta, mínimo quería entrar antes que el otro.

– ¡Quítate! – gritó el peliverde tratando de hacer a un lado a Luffy –

– ¡Que no! ¡Yo primero! – gritó Monkey del mismo modo –

– ¡Pero yo llegué primero! ¡Hazte!

– ¡Pero yo abrí la puerta!

– ¡Pero yo quiero entrar primero!

– ¡Pues yo también!

No se decidían por quién entraría primero, o mejor dicho, no querían decidirse, ni bien se habían conocido y ya había quedado al descubierto lo competitivos que eran ambos.

Siguieron así hasta que en un momento, en un movimiento brusco, ambos entraron al mismo tiempo, pero no de la manera que hubiesen querido.

Pues uno, cayó encima del otro sin más.

– ¡¿Pero qué demonios?! – gritaron ambos –

– ¡Quítate de encima Monkey!

– No, tú quítate ¡B-a-k-a!

Vaya que esto sería muy interesante de ahora en adelante.
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24/01/23

3:27 p.m.