One Piece shots

⁴· ZoLu

Flores amarillas.

– Vamos, deja de hacerte menso y daselas – habló un chico de nariz larga tomándolo de los hombros –

– Pero .. ¿Y si me rechaza? Sabes, él preferiría un ramo de flores de tocino

– ¿Y por qué no se lo diste? – preguntó ahora un chico de Tatuajes –

– No seas pndjo Trafalgar – alguien más se unió a la conversación – hoy se deben dar flores amarillas no una cena eso puede ser todo el año –habló un pelirrojo –

– El pelos de llama tiene razón marimo, aunque, conociendo a Luffy tiene sentido que le quieras regalar un ramo de flores de tocino, incluso te habría podido ayudar, pero, mejor dale las flores amarillas ahora y después le hacemos uno de tocino

– No necesito tu ayuda cejitas, gracias

– Tú verás – se alzó de hombros –

– Zoro–ya, deja de hacerla de tos y anda

– Pero–

– Nada, vamos vamos vamos, que mugiwara–ya no espera – cual diablito lo empujó cerca del chico con sombrero de paja –

– Pero si no sabe que se las voy a da–

– se acercó y susurró – ¿Ya se te olvidó quién te dijo de forma indirecta que hoy se regalaban? Y que si no lo hubiera dicho tú ni en cuenta, exacto, él mismo publicó en su WhatsApp que desearía recibir un ramo también

– Bueno, tienes razón pero... – una gotita recorrió su cien – y si las espera de alguien ma–

– bufó – Por eso no pinches progresas en la vida, si te la vives así te lo bajarán fácil, ponte pilas Roronoa–Ya

– ¡Suerte Zoro! ¡Tú puedes! – se escuchó a Ussop alentar a espaldas de ambos –

– ¡Ojalá la pon–!

– ¡Kid, cállate o no la libras con Ace! – se escuchó a Sanji reprender al otro

– Ash, como sea, ¡Suerte con el mono, Roronoa!

– ¿Ves? Confían en ti, vamos, tú puedes – le dió palmadas en los hombros dándole ánimos –

– ¿Y si mejor se las doy desp–

– Nada de después

– Pero ni siquiera está cerca no se dará cuenta

– Creeme que ya lo hizo, no eres muy disimulado que digamos

– ¿Y tú sí?

– Además

– ¿Eh?

– Todo tuyo – habló en un tono un poco más alto de lo que estaba haciendo, cosa que le extraño, pero ni tiempo tuvo a seguirlo cuestionando pues, el otro lo empujó leve y sin darse cuenta –

– ¡Zoroooooo! – el rey de Roma se encontraba corriendo hacia él –

– ¡Luffy!

– Oiii

Y en menos de pensó ya estaba frente a él, y de un momento a otro, estaban los dos en el suelo.

– Hola Zoro – sonrió, aún encima de él, que por increíble que parezca, el peli verde había logrado poner en alto el ramo para que no le pasara nada –

– Hola Luffy...

Poco a poco se levantaron y sacudieron.

– Oi, quería preguntarte que sucede, hace rato veo que Torao y tú conversaban mientras veían hacia donde estaba yo insistentemente, pero como no te acercabas vine yo shishishi, dime, ¿Qué suced– de un momento a otro tenía un hermoso ramo de flores amarillas en sus brazos –