Prologo

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Patino por la calle en dirección al roller cuando distingo una figura a lo lejos que me resulta familiar. Decidida a confirmar mi sospecha, me acerco gradualmente, y al estar lo suficientemente cerca, confirmo que se trata de él.

"¡Gastón!" murmuro, observándolo detenidamente. Ha ganado en atractivo, luce más alto desde la última vez que nos vimos, y su cuerpo está más musculoso. Además, noto algunos tatuajes en su brazo izquierdo, cuello y pecho, al menos los visibles en ese momento, ya que sospecho que tiene más. A punto de abandonar mi intención de mantener la distancia y lanzarme sobre él para llenarlo de besos, Gastón percibe mi mirada y se voltea, descubriendo que lo estaba observando.

"Muñequita", murmura con aquel apodo tan tierno que solía decirme hace cinco años.

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