Un nuevo día comienza. Varios estudiantes ya están en el salón tomando apuntes mientras que el profesor explica la clase. Bueno más o menos. Los únicos que tomaban atención eran Misaki, Ritsu y sus amigos, los demás estaban en su mundo. Hablando sobre sus vidas, lo que tienen como joyas, autos, yates, etc.
(Pd: algo que nosotros los pobres no tendremos)
—Y eso es todo por hoy—termino de explicar el profesor y el timbre sonó—Recuerden que mañana es la fecha limite de entrega de sus reportes. El que no lo entrega tendrá un punto menos.
Todos se levantaron de sus lugares para salir del salón. Ritsu se aparto de sus amigos para dirigirse a la biblioteca. Llega y saluda a la señora bibliotecaria. Busca entre los estantes un libro en particular, al encontrarlo esta en un punto alto, no logra alcanzarlo aún cuando se pone de puntitas hasta que una mano lo alcanza.
—Muchas gracias por...—al ver el rostro de la persona su rostro cambia a una de molestia—Esto debe ser una broma.
No era nada más ni nada menos que Takano Masamune. Este lo miraba de pies a cabeza con una clara señal de desprecio hacia el doncel. Ritsu de igual manera lo miraba con desagrado y desprecio.
—Oye, deja de mirarme así—hablo algo incomodo.
—¿Por qué? Acaso te pongo nervioso—se acercó hasta tenerlo acorralado en los estantes de libros—O tal vez te gustó—se acercó aún más, acercaba sus labios a los labios del pelicastaño.
El rostro de Ritsu tomó un tono rojo por la gran cercanía que había entre los labios de ambos. Tan solo hubo un pequeño roce ya que antes de que hubiera un contacto aún más íntimo volteo su cabeza y al ver que el pelinegro estaba distraído le quito el libro y se aparto enseguida.
—Tú no me gustarías ni aunque fueras el último hombre en la tierra—reclamó—Quítate esas ideas de que algún día saldría contigo. Antes prefiero lanzarme de Las Cataratas del Iguazu.
Camino hacia el puesto de la bibliotecaria y pidió el libro para llevárselo. La señora de ligeras canas solo le sonrió con amabilidad.
—Me muestras tu tarjeta de identificación.
—Si, claro—sacó la tarjeta y se la dio.
La señora registro el libro en la computadora como reservado. Le devolvio la tarjeta con un papelito.
—Recuerda devolver el libro en la fecha correspondiente y me alegró que haya chicos que les siga interesando leer.
Ritsu dió una gracias y salió de la biblioteca para irse con los demás que ya estaban en el comedor.
EN OTRO LADO HACE MEDIA HORA
Mientras tanto, en otro lugar, Misaki estaba en el club de teatro junto a otros chicos, los cuales lo miraban con altanería. Hablaban de la obra que presentarían en el próximo mes.
El profesor les hablaba de las audiciones, que serían mañana, y que pusieran mucho empeño. Las puertas se abrieron mostrando a un hombre alto de cabellos plateados que caminaba hacia el escenario. Mientras que los demás lo veían como si se tratara de un ser celestial el pelimarrón lo veía como un humano común y corriente.
—Usami-kun, sabe perfectamente que para estar en mi clase el primer requisito es la puntualidad y usted no lo está cumpliendo—comenzó a regañar ante la insolencia del estudiante.
—Y usted sabe perfectamente que es lo que le pasara si no cierra su boca—amenazó.
Los demás solo se quedaron callados aunque se oían una par de risas. Misaki solo quería lanzar algo para bajarle el ego pero solo se quedó quieto no quería meterse en problemas.
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Por esa apuesta me perdiste (Takaritsu y Usamisa)
FanficOnodera Ritsu y su primo, Takahashi Misaki, ambos donceles ingresan a la academia más exclusiva, donde sólo ingresan hijos de personas importantes, millonarias y famosas, gracias a una beca que ganaron por sus esfuerzos en los estudios. Takano Masam...