BE MINE •| 국민 KOOKMIN

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La música del antro retumbaba a todo lo que las bocinas le permitian. El olor a alcohol, perfumes caros y cigarros de los mas finos inundaban las fosas nasales de cierto chiquito "mimado". Sus caderas se movían al compás de la música Glamorous de Fergie, las personas coreaban sin dejar de bailar. ¿Y es que como no hacerlo? Si todos los presentes de aquél club nocturno eran niños ricos y Glamorous era el lema de cada uno de los presentes.

Jimin, quién se encontraba bailando con su mejor amigo de una forma muy sexy, llamaban la atención de algunos de los presentes quienes no dudaban en poner su vista en los chiquillos de cabellos negros y azules. Y como no hacerlo, si eran quienes más destacaban entre la multitud. Sus vestimentas casi nulas, dejando a la imaginación muchas cosas que seguramente mas de algún pervertido quisiera hacer realidad.

Mientras ambos amigos disfrutaban de la música, los ojos de cierto pelinegro no se despegaban del mas bajito de cabellos negros. No era sorpresa ver al modeló más importante de los últimos meses, en un club nocturno a tales horas de la noche. Se sabía que él asistía a este tipo de lugares en busca de un buen polvo para pasar la noche, todos creían que veía a su próximo encuentro. Pero solo veía a su esposo divertirse como un adolescente sin control.

Con un whisky en mano, veía cada movimiento que su chico hacía, esas caderas moviéndose al ritmo de la música mientras sus manos tocaban su pecho con lentitud, Jeongguk juraba ver la gota de sudor bajar por el cuello de Jimin. Sentía su polla endurecerse, era un infierno verlo, pero no podía tocarlo.

Jimin, giró su rostro en dirección al modelo. Una sonrisa de medió lado decoró su bonita cara, sin despegar los ojos del contrario sus movimientos comenzaron a ser más marcados, Obsessed de Mariah Carey sonaba a todo volumen, sus manos subían tocando cada parte de su cuerpo, sentía su cuerpo caliente, sabía lo que provocaba en el modeló, sus caderas se movían sensualmente en un movimiento comenzó a bajar y subir descaradamente.

Jeongguk tomó lo último de su bebida, dejó el vaso en la barra y se encaminó hacía su esposo. Algunas chicas miraban al modelo esperanzadas de ser la próxima en poder acostarse con semejante dios. Pero era una pena, pues solo quería enterarse en alguien y ese era Jimin.

El más bajito noto el acercamiento de su pareja por lo que decidió girarse e irse hacia los baños de aquél club.
Jeongguk seguía de lejos a Jimin, fijando su vista en el culo de su esposo ¿En que momento creció tanto? Sus jeans se sentían apretados en cierta zona, estaban tan excitados. Lo único que quería era cogerse a su esposo en donde sea posible, no podría aguantar ni un segundo mas con la erección aprisionada. Y es que Jimin no cooperaba, sus caderas se movían descaradamente, joder era el maldito infierno.

Jimin entró al baño verificando que no hubiese nadie en ellos, colocándose detrás de la puerta esperando la llegada de su Daddy. La puerta nuevamente se abrió mostrando a cierto pelinegro excitado y con una gran erección en sus pantalones.
Jeongguk al notarlo recargado en la pared, colocó el seguro. Segundos después tenía aprisionado el cuerpo de su esposo contra la pared.

- Hola ggukie...

El más bajito murmuró, una vez tuvo al modelo tomándolo de sus caderas con posesión. Podía ver los ojos dilatados de Jeon gracias a la excitación en su cuerpo. Quería ser reclamado ahí, en los baños... Pero también quería jugar un poco con la cordura de su hombre.

- Mi hermoso y pequeño mimado, Jimin.

La voz del modelo era ronca, tan jodidamente sexy.

- Dejá de llamarme así, no soy un maldito mimado.

Una risa ronca y gruesa salió de su garganta. No podía negar que era cierto, pero estaba harto que le recordarán lo mimado y engreído que era.

- Perdóname, pero tengo toda la maldita razón del mundo en decir que eres un mimado. - La mano de Jeon, subió por el pecho, hasta su cuello y siguió hasta el mentón tomándolo con algo de fuerza - Te he mal acostumbrado.