boss

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Amo Nueva York.

He vivido aquí desde que nací, y a pesar de haber estado en muchos otros lugares, nada se compara con estar en casa. Las calles, el bullicio, el clima, las personas; para mi, es la ciudad perfecta. Luego de haberme tomado unas merecidas vacaciones por las festividades, se siente increíble poder regresar.

Ser la cabeza de la firma al principio se sintió como un gran peso sobre mis hombros, amaba las leyes y disfruté demasiado mis años de universidad, pero nunca tuve una responsabilidad tan grande. Mamá y papá se encargaban completamente de esto, pero una vez consideraron que ya estaba "lista", dejaron unos documentos sobre mi escritorio que informaban que era la nueva dueña del bufete. Apenas tenia 24 años en ese momento, y mientras papá y mamá recorrían el mundo, yo intentaba no volverme loca con tanto papeleo, compromisos y estudios.

Sin embargo, ya de eso habían pasado 10 años, así que es seguro decir que esa etapa ya había sido completamente superada, ahora tomaba vacaciones sin ninguna culpa a pesar de ser tan control freak.

Frank, mi chofer, me dejó en el estacionamiento de la oficina y subí, era temprano, pero aún así esperaba que Jisoo estuviese allí para ponerme al día personalmente, sería un día muy ocupado. Cuando salí del elevador, la vi, recién había llegado por como ordenaba las cosas en su oficina.

—¡Jen, estás de vuelta! —me sonrió al verme y yo le devolví el gesto.

—Nadie estaría tan feliz de que su jefa regresara, excepto tú. —le dije jocosamente.

Jisoo era una de las abogadas a mi cargo, sin embargo, nos hicimos amigas apenas llegó, era mis ojos cuando no estaba en la oficina, por eso quedó en mi lugar mientras tomaba mis vacaciones.

—Para que veas cuánto te quiero, así seas gruñona a veces —me respondió abrazándome por los hombros. —Ohh, que buen bronceado, señorita Kim.

Me separé de ella y di una vueltita, haciéndola reír.

—Mi cuerpo necesitaba de la playa y el sol urgentemente, me alegra haberte hecho caso sobre mis vacaciones.

—Es que estás radiante, se nota que fueron más que disfrutadas.

Yo asentí para luego caminar hacia mi oficina con ella detrás. Me preparé un café mientras organizaba mis cosas y tomé asiento.

—Entonces, ¿qué tal ha estado todo por aquí? —pregunté tomando de mi café.

—Muy bien, ha estado calmado, enero no es el mes más ocupado del año y lo sabes —asentí. —Aunque si deberías saber que estamos abarrotados de divorcios.

—Oh, sí, los famosos divorcios de inicio del año —me reí. —¿Y Haein?

—No me he divorciado, si por eso preguntas.

Jisoo y Haein tenían un matrimonio bastante extraño. Estaba segura de que se amaban, pero en ocasiones la presión de estar casados no les hacía bien. Jisoo venia de una familia bastante tradicional, en donde debías estar casada y tener hijos a determinada edad, igual que la mía, pero a diferencia de mi amiga, yo no había accedido a ninguna presión social. Mi tiempo era mío, y eso del reloj biológico no existe.

—Tus padres deben estar felices por eso, aunque deberías darte prisa con el bebé —Jisoo volteó los ojos para luego sonreírme, sabía que estaba bromeando. —Un chistecito, amiga; pero en serio, tal vez deberían considerar tomarse unas vacaciones juntos.

—Sí, lo he pensado. Tengo que anotarlo en la agenda de "cosas por discutir con mi esposo durante la cena". —sonrió derrotada. —¿Y tú? ¿Algún novio o novia en el extranjero?

boss [chaennie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora