chapter 8

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Sentir emociones fuertes era lo único que no se permitía vivir en estos momentos y el amor es una emoción fuerte, una tan fuerte que puede llegar a cambiar la perspectiva de una persona, a cambiar su forma de ser para bien o para mal, de cualquier...

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Sentir emociones fuertes era lo único que no se permitía vivir en estos momentos y el amor es una emoción fuerte, una tan fuerte que puede llegar a cambiar la perspectiva de una persona, a cambiar su forma de ser para bien o para mal, de cualquier forma, amar es aceptar.

Aceptar los pequeños defectos y problemas internos de aquella persona especial que a su vez los hace únicos, los hace perfectos a los ojos del corazón indicado.

Aun sin saber los sentimientos recíprocos de la otra persona el solo hecho de estar a su lado traía paz a sus sentimientos, traía paz a su corazón.

Mei amaba sentir.

Derecho que se prohibió a ella misma debido al temor de ser controlada por sus sentimientos.

Ambos eran tan inseguros respecto a sus propios sentimientos que preferían callar hasta el punto en que terminaban estallando en el peor momento.

Quería expresar cuanto apreciaba su compañía y su voz, con el no necesitaba de ningún medicamento para saber controlarse, Red son le daba la fuerza y la confianza que necesitaba para controlar el descontrol de unos sentimientos.

Sus sentimientos...

Aún era de madrugada, pero Mei ya no podía reconciliar el sueño, aunque sus ojos seguían doliendo y sus parpados no dejaban de caer una y otra vez.

Se levantó de la cama para acercarse a la ventana de la habitación del chico que hace unos segundos tenía a su lado, se veía tan cansado...

Era culpa suya, lo sabía, le había ocasionado tantos problemas desde que llego a su vida y aun así el seguía estando allí... ¿porque?

No lo sabía, pero lo mejor sería que se valla, aunque no quería irse.
De todas formas, tenía que regresar con su tátara tátara y mil veces tátara tío, debe estar preocupado por ella y ni un mensaje de texto podía enviar por no haber preguntado el número telefónico.

Camino por la habitación para llegar a la puerta de la misma, pasando por la cama sintió como alguien tomaba su mano.



-- ¿A dónde crees que vas? --

-- ...Creo que lo mejor será que me valla. -- sonrió con tristeza, ella no quería irse, pero tampoco quería seguir molestando.

-- Si sales los Bull Clones te atacaran. -- Apenas alzo la mirada para verla a los ojos, quería que ella entendiera su dolor, el dolor de no ser lo que ella necesitaba -- Quédate conmigo... --

-- Pero...--



No permitió terminar la oración, solo se escuchó un suspiro pesado por parte de Red son, le frustraba saber que Mei aun seguía teniendo ese tipo de pensamientos, le frustraba no saber qué hacer al respecto.

Soltó su mano y se levantó de su cama para caminar hasta la puerta, luego de unos minutos volvió con un tazón de frutas que tenía en el centro del comedor.


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