Eleven.

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Un chico de cabellos azabaches y ojos de diferente color se encontraba con una pijama de hello kitty en su cuarto, mirando el techo.

Muchos de sus amigos le habían escrito sin parar preguntando si quería jugar algo o si quería salir a un lado pero el no respondía a ninguno, suponía que tal vez se vayan a preocupar por el aun que tampoco estaba muy seguro de esto pero realmente no sentía motivación de hacerlo.

No sentía ni motivación de comer si quiera, se encontraba pensando.

Ahora estaba de vacaciones por navidad y todo pero luego volvería a la universidad de sus "sueños."

Sueños... Si, sueños...

¿Realmente esto era lo que el quería? Era una pregunta que no lo dejaba dormir.

Se supone que es algo que el realmente quiere pero no sabe si vale la pena, no. Si vale la pena o al menos debería pero estaba pensando.

Antes de irse de vacaciones recuerda que el profesor lo llamo en privado y le hablo sobre su comportamiento, notas, etc. Cosas de la universidad y que lo relacionaban a el básicamente. Le había dado en ese momento el sermón de su vida sobre su mal comportamiento y las malas notas que había tenido aparte de haberse peleado varías veces en su salón.

Realmente no le importaba esa discusión pues ya se había aconstumbrado a recibir mucho de estos ya que solía ser alguien muy problemático, recuerda que una vez llego al departamento con un ojo morado luego de haber querido provocar al nuevo novio de su querido amigo;  Roier.

Cellbit era muy celoso para el gusto del azabache, pero eso no era importante.

Recuerda que Lucasta se asustó mucho al verlo y le metió un sape por andar de provocador aun que el admite que se lo merecía también, le da risa recordar aquello por la reacción de Lucasta.

Por alguna razón el castaño oscuro se veía en ese momento muy... ¿Preocupado? Si, preocupado por el y era algo que no le entraba en la cabeza al de heterocromia.

Pero eso no importaba, se había salido del tema ya. Lo que realmente le tenía comiendo aparte de unos extraños pensamientos y emociones confusas hacía su respectivo compañero de habitación, departamento, casa, lo que sea. Eran las palabras del profesor.

Aquellas palabras en esa discusión, ahora entendía lo que su madre le decía de "Las palabras contienen un gran poder."

Es que aquella oración, aquella simple oración puso en duda al pobre chico.

"Tú no sirves para esta carrera, eres una decepción."

¡Solo era un profesor! No podía importarle tanto unas simples y estúpidas palabras, ¿Verdad? Porque si es así... ¿Por qué lo dejo dudando y llorando esas palabras?

El sabe que la universidad no es fácil y que los profesores no son tan comprensivos como lo sería un profesor de primaria con apenas un niño de tal vez cuatro años o nueve.

Pero no puede evitarlo, ¿Realmente el quiere estudiar eso? Tipo tiene que recibir muchas miradas feas todo el tiempo porque ya tiene una reputación marcada, a cada rato se mete en problemas y lo quieren molestar aun que el solo esta tratando de defenderse.

La universidad es una mierda para el, ¿Realmente vale la pena? Pero ya había progresado demasiado y no podía tirar la toalla.

Pero es que realmente ya no lo sabía.

Ahora Natalan pensaba en si dejar la universidad o no.

Ahora Natalan pensaba en si dejar la universidad o no

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o゚。♪De hielo。♪。゚o // NatacastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora