Ten.

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—¿Cómo?—

—Que em.. Que si quieres ser mi pareja para la fiesta esa.— Agacho un poco la cabeza sintiendose avergonzado de lo que dijo.

Por otro lado Lucasta se encontraba perdido pensando en lo que le había dicho el pelinegro, por una parte sentía una emoción increíble de estas palabras pero por otro lado estaba super confundido de la forma de actuar del otro pues sabía que Natalan no solía ser de esa manera.

Se sentía especial, sentía que el podía ver un lado del azabache que los demás no podían y eso realmente le hacía sentir demasiado bien.

—¿Estas bien?— Aquello hizo que el de lentes volviera a la realidad asintiendo con la cabeza varias veces. —¿Entonces....?—

—Acepto, pero solo por curiosidad. ¿Por qué me invitas a mi y no a otra persona?— El castaño no pudo evitar que una sonrisa se le escapara, enserio era el mejor momento de su vida y sentía tantas ilusiones de la respuesta del otro.

—Es que quiero ir a la fiesta y eres uno de mis mejores amigos con los cuales confió.— Menciono sin ninguna diferencia el pelinegro como si fuera la cosa más insignificante del mundo.

Y claro que lo era, no era la gran cosa sin embargo a veces dejar volar mucho tu imaginación e ilusiones te puede hacer una mala jugada y así fue para Lucasta, por alguna extraña razón había esperado alguna especie de confesión o una razón que fuera más... Como decirlo, ¿Romántica? Pero ahora que había recibido la cruda real solo lo hizo sentirse mal, su sonrisa que antes era sincera y llena de esperanza ahora solo era una forzada pues no quería preocupar a su amigo... Si, a su mejor amigo.

¿Por qué de repente la palabra "amigo" duele tanto? Se supone que la palabra amigos es una linda palabra llena de un lindo significado de amistad pero... Esta vez.. Solo dolía.

Tampoco podía culpar a la palabra o al de piel blanca, sabía muy bien que esta vez había dejado fluir mucho sus ilusiones dejandose llevar por completo de estas haciendolo ciego por tan solo unos segundos de la misma miserable realidad que lo rodea.

Lo cierto es que Natalan no lo ama, el piensa eso, el siente eso y de verdad duele mucho eso.

Desearía que Natalan lo amara como el lo hace, ¿Por qué no puede notarlo? ¿Tendré algo de malo?

Lucasta nunca había sido una de esas personas de sentirse inseguro por algún rasgo suyo o algo por el estilo, de hecho muchas veces le ha dado muy igual su apariencia. Sin embargo, esta vez todo era distinto. Es cierto que el amor es un arma de doble filo pues el de lentes lo comprobaba.

Comenzaba a sentirse por alguna razón mal, sentía que no era suficiente y era una sensación nueva pero extraña al mismo tiempo aun que estaba al cien por ciento seguro de que odiaba esta sensación, deseaba que se fuera pero una vez que entra ya es muy complicado sacarla.

¿Acaso no era suficiente para el de ojos heterocromaticos? ¿Qué debía hacer para que el se diera cuenta de que lo ama demasiado que ha fantaseado con verlos casandose? Ok, quizas haya ido un poco lejos con lo ultimo y no lo iba a negar tampoco.

—Oh... Bien, voy a salir un rato.— Comento el de lentes y estaba apunto de irse del lugar hasta que de nuevo esa voz que amaba pero lo lastimaba se hizo presente.

—Es de noche y comenzó a llover, no creo que sea buena idea.—

—Entonces no iré a ningún lado.— Se volteo cambiando por completo la dirección de la puerta de salida a la puerta de su cuarto, a paso apresurado pero torpe se fue.

Natalan lo miró muy confundido y desconcertado.

—Wtf.— Decidió que lo mejor sería irse a su cuarto.

o゚。♪De hielo。♪。゚o // NatacastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora