Tanque

104 14 0
                                    

Tener una tortuga de mascota es veinte porciento más genial, según la chica que le encanta volar y mucho más tomar el jugo de manzana que le prepara exclusivamente su novia.

—Deberíamos contárselo a nuestras amigas. Sobre... Lo nuestro.

—¡No, no, no, no! La última vez que hubo una pareja homosexual en Ponyville los echaron a piedrazos, con cascos y manos.

—Pero son nuestras amigas, dulzura.

Raibow dash apartó su vista de la de su novia, porque en parte tenía razón, y también porque no quería que viera su sonrojo por el apodo que hace muy poco Applejack había adoptado.

—¿Y qué haremos si reaccionan mal? Somos parte de un grupo mágico, no un simple grupo de amigas.

—Si reaccionan mal, no tienen derecho a ser llamadas nuestras amigas.

—Pero...

—¿Sabes que si seguimos ocultando nuestra relación, van a empezar a sospechar y yo no puedo mentir, no?

—Bueno... No exactamente. Puedes decir mentiras... Lo malo es que se darán cuenta si lo haces.

—Y yo no voy a mentir, mucho menos por algo que me causa orgullo y felicidad admitir.

—¿En serio...?

Ambas se transformaron en humanas. Se agarraron la cintura una de la otra y se miraron con dulzura.

—Eres un tesoro que no quiero ocultar. Y prefiero decir la verdad y que nos odien, a ocultarlo por siempre y nunca poder casarme abiertamente contigo.

Un beso, eso fue lo que hicieron. Y mientras ambas expresaban su amor, una tortuga miraba desde los talones de su dueña.
Tanque tardó un poco en terminar de morder el zapato a Raibow para llamar su atención.

—¡Ah! ¡Tanque! Tortuga traviesa...

Se agachó para agarrarlo y cargar a su mascota entre sus brazos.

—Al parecer, él será nuestro único testigo por ahora... ¿Guardarás nuestro pequeño secreto, Tanque?

Raibow dash acercó a Tanque a su cara mientras le hablaba con un tono algo infantil. Ella comenzó a dejar de tener vergüenza de hacer ese tipo de trato hacia Tanque frente a Applejack.

—¡Winona! ¿Qué haces? Arruinarás el poncho de la abuela Smith.

—¿Poncho? ¿Se irá de vacaciones?

—No, es para la carrera de mascotas que organiza la familia Apple cada año. Ya conoces a mi familia.

—¿Tanque puede participar?

—¿Es un pedido de matrimonio? Acepto. Pero, hubiera preferido que sea más romántico, con un anillo, y que te lo pregunte yo.

Raibow dash empujó un poco a Applejack con su codo. Su cara mostraba que le hacía gracia su comentario, y al mismo tiempo que le molestaba.

—Ya, ya, terroncito. Por supuesto que puedes participar.

—¿Cuándo es?

—El domingo, siete de abril.

—¿¡Hoy!?

—¿¡QUÉ!?

Raibow dash se transformó en pony, dispuesta a volar lo más rápido posible para llegar a tiempo a la carrera.

Appledash, conociendo a su novia, también se transformó en Pony, y la detuvo mordiendo su cola, como siempre.

—Ni siquiera sabes dónde es. Además, hay que ir presentables. Mira como estamos vestidas.

Ambas llevaban pijama, a las once de la mañana.

Raibow dash se sonrojó de la vergüenza y volvió a ser humana, fue hasta su armario y sacó lo primero que vio.

—La verdad... No tendría problema en que salieras con eso. Pero, Rarity convenció a mi familia para que hubiera un código de vestimenta, tanto para las mascotas como para sus dueños.

—¡Tenía que ser Rarity!

—Tranquila, me mandó un mensaje a la mañana, y me dijo que si cambiaba de opinión había dejado una caja en mi armario con ropa para mí y Winona.

—Las usaré, ¡gracias Rarity! Hace buen honor a su titulo de: "generosidad".

Ambas cabalgaron hasta llegar al lugar. Sus cabellos estaban desordenados y no dejaban de exhalar e inhalar por el cansancio.

—¡Hola... Ya... Llegamos!

Todas sus amigas las vieron sorprendidas, con un toque de miedo. Ellas no entendían que sucedía, pensaban que las miraban por llegar tarde y comprendieron el por qué al mirarse mutuamente.

Sus labios y cuello.

Applejack tenía los labios hinchados. Raibow dash tenía en el cuello un chupete.

Sus amigas podrían ser demasiado sofisticadas, demasiado alegres, demasiado inteligentes, demasiado amables, pero para nada tontas.

—¡No es lo que parece!

Tanque, que acababa de llegar volando, se posó sobre la cabeza de Raibow dash, y sonrió, lentamente.

—Verdad o no, Tanque nos lo dirá.

Por ese comentario bromista todas las chicas, exceptuando a las novias mirándose confundidas, rieron y corrieron a abrazarlas.

Fin.

Mascota de testigo - AppledashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora