Mr.Masks

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Había una vez en un mundo completamente blanco un vendedor llamado Mr.Masks, el cual tenía un hueco en donde debía ir su corazón.


 -¿Cómo podría llenarlo?-se preguntaba- ¿podría existir alguna forma en que este vacío desaparezca?

El vendedor, después de pensar un tiempo llego a una brillante conclusión, la única forma de lograr su meta era poseer todo las cosas materiales que aquel mundo podía ofrecerle. Una vez que lo lograra, el vacío desaparecería ¿o no?

Con este fin Mr. Masks abrió su negocio de máscaras, en lo cual era sumamente talentoso, día a día creaba sus máscaras. Cada una mejor que la anterior de una belleza y calidad insuperables, las cuales eran apreciadas por aquellos seres blancos sin rostro que vivían en aquel mundo.

-¿Desea una máscara?- pregunto Mr.Masks al ser que estaba delante de su tienda intercambiando con un hábil movimiento de manos una máscara triste por una sonriente - Tengo cualquier expresión que usted desee, felicidad, amor, enojo, odio, tristeza... y todo esto a un precio razonable. 

La tienda se volvió popular, pues los seres sin rostro deseaban tener una de esas maravillosas marcaras y en poco tiempo Mr.Masks se volvió tremendamente rico. Sin embargo, Mr. Masks se dio cuenta que a pesar de todo el dinero que poseía aún no había logrado llenar el hueco en su interior, e incluso este se había vuelto más grande y profundo.

-¿Qué será aquello que podría faltarme?-se cuestionó mientras se recargaba contra una pared y observaba los clientes saliendo con sus máscaras, un par de ellos iban tomados de las manos –Eso es –dijo - ¡Debo hacer que todos me amén! así por fin ese hueco desaparecerá. 

Con esta idea en mente pensó durante tres días y sus noches la forma de lograr esa meta, hasta que llego a la respuesta, haría la más sorprendente mascara, una máscara que mostrara a quien la viera aquello que más amara, sería sin duda su más grande logro. Sin ser perezoso Mr. Masks entro a su taller, los días pasaron lentamente hasta que dos años transcurrieron.

-¡Por fin lo he logrado!- grito eufórico, levantando la más exquisita mascara que el mundo hubiera visto. 

Sin esperar más tiempo se apresuró a su habitación , se arregló con uno de los más finos trajes que el dinero pudiera comprar junto con unos hermosos zapatos negros y un bastón de marfil, se permitió por un momento admirarse y sin más ceremonias coloco la máscara sobre su rostro, mostrando al instante los resultados de su arduo trabajo. 

Y así fue como el vendedor de máscaras se fue ganando el corazón de los seres de ese mundo, cuando ellos necesitaban una sonrisa la máscara sonreía, cuando estos lloraban la máscara también lo hacía, cuando necesitaban comprensión la máscara se las brindaba. 

"Un maravilloso invento para una maravillosa persona" se decía a si mismo Mr. Masks , el cual seguía cosechando uno a uno el corazón de cada ser sobre ese mundo, hasta que un día mientras vagaba buscando más corazones, se topó con un extraño objeto redondo el cual parecía ser un espejo empañado. 

-¿Qué será esto? – se preguntó, mientras leía un grabado en la parte de madera que estaba boca arriba, el cual decía "¿Conoces tu rostro?", Mr.Masks rio divertido ante ese ridículo desafío, ya que no era como aquellos seres sin rostro, por supuesto que él conocía el suyo ¿acaso no todo mundo conocía su rostro? 

Mr. Masks, saco un pañuelo y limpio el espejo, se paró ante el con evidente arrogancia y espero ver la imagen que este le devolvía, esperando que su máscara le brindara la más bella emoción. Pero algo extraño empezó a sucederle a su máscara, esta empezó a cambiar de forma aleatoria, felicidad, tristeza, ira, euforia, amabilidad, provocando pequeñas fracturas en ella hasta que esta q se quebró y cayó a sus pies. 

Mr. Mask miro por un momento los fragmentos de su obra maestra, antes de fijarse en el reflejo que le devolvía al espejo... el terror fue la primera emoción que sintió, pues él había perdido su rostro.

Red BunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora