Alexandra está enamorada de Caitlyn aunque ni siquiera ella misma lo ha aceptado.
Caitlyn está enamorada de Vi aunque realmente no le conviene.
Toda su amistad puede llegar a desvanecerse cuando los sueños y metas de cada una se interponen por sobre...
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Éramos amigas desde... ¿siempre? No recuerdo el día que conocí a Caitlyn Kiramman, solo recuerdo aquellas tardes de verano donde usábamos hermosos vestidos para lujosas fiestas.
Fiestas de té, por supuesto.
Dos pequeñas niñas de apenas siete años, nos reunimos más de mil veces en la habitación de ella solo para degustar de los postres más dulces de Piltóver.
Ella solía servir el té en las tazas de porcelana, mientras que yo repartía porciones a todos nuestros invitados de peluche. Luego, nos sentábamos ambas frente a frente en nuestros asientos y agarraba a alguna muñeca cercana. Empezábamos a hablar y contar anécdotas imaginarias mientras peinaba con delicadeza a la muñeca y tomábamos el té entre risas infantiles.
Hay cosas que nunca cambian...
La adolescencia no cambio aquello. Siempre, todos los Lunes, Miércoles y Viernes; nos sentábamos en su refinado salón a tomar una taza de té. Yo me sentaba en el imponente sofá color vino y ella se sentaba a mis pies, a espaldas mías. Nos servían nuestros pedidos sus empleados y luego se retiraban. Allí era cuando realmente empezaba la fiesta.
Yo empezaba a cepillar y trenzar su cabello azul con delicadeza, eran buenas charlas. Siempre cotilleábamos de todo lo que sucedía en las aulas de la Academia. Era agradable, solo nosotras dos.
Caitlyn... a ella realmente no le importaban esas trivialidades, pero eso era lo único que conocíamos hasta cierto punto. Los rumores, los coqueteos... la vida escolar. Sin embargo, la pude ver crecer:
A los once años me contó emocionada lo que parecía ser la primera gran emoción en su vida.
[...]
"- ¿Sabes? Hoy mi padre me dijo que haríamos un viaje de caza este fin de semana. Él me enseñará a disparar. - Pude ver la emoción en su rostro al hablar.
