El simple hecho de existir es difícil. Cuando tus pensamientos asfixian tu cerebro, antes de dormir, después de comer, al despertar, simplemente en cualquier momento del día.
Fuimos, somos y seremos, seres incomprendidos, individuos que callan el dolor, y en su cabeza resuenan los gritos de auxilio.
Un individuo con un pensamiento y forma de ser propia, con miedo al mundo exterior. Miedo a la mirada juzgadora de la sociedad, miedo a nosotros mismos.
Pero en un momento de esta efímera vida, será momento de hablar, dejaremos de callar todo ese dolor para gritar. Gritar cuánto nos duela vivir, gritar una cruda realidad que pocos aceptarán.
Por eso es momento de que 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐚.-Julieta Oviedo