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𓄼𓂃𓂃𓂃𓃹𓂃𓂃𓂃𓄹
– Sí –afirma– Haerin, llevo sintiendo lo mismo hace unos meses. –responde Hyein.– Cuando estabas con Danielle, me mataba la idea de que te olvidarás de mí.
– Hyein... –pronuncia Haerin, pero ella impide que su amiga continuara hablando, y se acerca un poco a Haerin.
– Esperaré lo suficiente, para probar tus labios. –le susurra.– pero cuando llegue el momento, notarás que mis labios no van a mentir. –Haerin no sabia que responder ante las palabras de Hyein, solo se mantuvo en silencio y sonrojada.
Hyein se levanta y se encamina hacia la puerta.
– ¿Ya te vas? –pregunta Haerin un poco nerviosa.
– Sí –afirma con una sonrisa.– Me voy feliz, feliz porque ya se aclararon las cosas entre nosotras.
–¡Espera! ¿Me puedes dar un beso? –Hyein la observa sorprendida y se acerca poco a poco hacia su amiga.– En la frente o en mi meji... –Haerin siente los labios de la menor en las comisuras de sus labios.
– Déjame elegir esta vez donde quiero besarte. –le dice ella y se despide con una guiñada, Haerin se cubre nuevamente con la almohada, se siente más avergonzada de lo normal.
Hyein abre la puerta topándose con Hanni.
– ¡Hola Hyein! No sabías que estabas aquí. –le dice ella.
– Yo tampoco sabía que vendrias. –responde.
– ¿Qué le pasa a Haerin? –Hanni la mira con preocupación.
– Acabamos de practicar el beso negro, muy pronto se le pasará. –bromea Hyein y se va.
– ¿Beso negro? –le pregunta la australiana a Haerin.– Bueno, al menos tú trasero ya besó. –le quita la almohada y le da con ella en la cabeza.
