Taehyung se encontraba en su habitación, sumido en sus pensamientos mientras hojeaba distraídamente un libro. Las páginas pasaban sin que realmente las leyera, ya que su mente divagaba en un torbellino de emociones. De repente, el vibrar de su teléfono en la mesita de noche interrumpió el silencio. Al mirar la pantalla, su corazón dio un vuelco: era un mensaje de Jungkook. "Hey, Taehyung. ¿Te gustaría ir al cine esta tarde?"
Una oleada de emoción lo invadió. Su corazón se aceleró al leer esas palabras, y una sonrisa se dibujó en su rostro. La idea de pasar más tiempo con Jungkook era demasiado tentadora para resistirse.
Con un suspiro que mezclaba nervios y entusiasmo, tomó su teléfono y comenzó a escribir. "¡Hola! Claro, me encantaría. ¿Qué película tienes en mente?" Sus dedos temblaban levemente mientras enviaba el mensaje, la anticipación burbujeando en su interior.
No pasó mucho tiempo antes de que Jungkook respondiera. "He oído que la nueva película de acción es genial. ¿Te parece bien?" La mención de una película de acción provocó un escalofrío de nervios en Taehyung, pero también una chispa de emoción. La idea de compartir risas y adrenalina con Jungkook lo llenaba de alegría.
"Suena perfecto. ¿A qué hora nos encontramos?" escribió, sintiendo cómo su estómago se llenaba de mariposas.
"¿Te parece bien a las 4? Puedo pasar a buscarte a esa hora." La simplicidad de la propuesta lo hizo sentir aún más ansioso.
Taehyung sintió una burbuja de felicidad formarse en su pecho al pensar en la inminente salida. La idea de salir tan pronto con Jungkook lo llenaba de una alegría indescriptible. "Sí, está bien," respondió rápidamente, casi sin pensar.
Después de enviar el mensaje, se recostó en su cama, incapaz de dejar de sonreír. La emoción vibraba en su interior, como si estuviera flotando. Sin darse cuenta, su mente comenzó a divagar sobre cómo sería esa tarde. Imaginó las risas compartidas, el crujir de las palomitas mientras las comían juntos, y la forma en que sus manos podrían rozarse accidentalmente en la oscuridad del cine, creando una conexión que iba más allá de lo físico.
Con un suspiro emocionado, Taehyung se levantó de la cama y comenzó a prepararse para su cita. Abrió su armario, buscando entre las prendas, cada una de ellas representando una pequeña parte de sí mismo. Quiero lucir bien, no solo para mí, sino también para Jungkook. La idea de impresionarlo lo mantenía en un estado de alerta y anticipación.
Finalmente, optó por una camiseta blanca ajustada que realzaba su figura, acentuando sus hombros y cintura. Para darle un toque más casual y desenfadado, se puso una chaqueta ligera que caía perfectamente sobre su cuerpo. Espero que le guste lo que elija, pensó, una chispa de inseguridad surgiendo en su interior. ¿Se dará cuenta de cuánto esfuerzo pongo en esto?
Mientras se vestía, Taehyung se miró en el espejo, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Con un gesto nervioso, se preguntó: ¿Realmente debería preocuparme tanto por esto? Un ligero cosquilleo en el estómago lo traicionó, un recordatorio de la importancia de la tarde que se avecinaba. Se peinó el cabello ondulado, dejándolo caer de manera despreocupada pero atractiva, como si cada rizo tuviera su propia personalidad.
La imagen que tenía frente a él lo llenaba de confianza, pero también de un nerviosismo palpable. Se dio un pequeño toque en las mejillas para agregar un poco de color, y al final, una sonrisa se dibujó en su rostro. Con cada detalle cuidado, Taehyung sentía que estaba un paso más cerca de algo especial.
Finalmente, al ver que el tiempo se acercaba, Taehyung se sentó en su cama, mirando ansiosamente su teléfono. La ansiedad le daba vueltas en el estómago. "¿Qué tal si me envía un mensaje en cualquier momento?", pensó, permitiendo que su mente divagara sobre cómo sería la tarde. La idea de ver a Jungkook en persona, de compartir risas y momentos, lo llenaba de una mezcla de emoción y nervios.

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DILEMMA | KOOKV
Teen FictionOMEGAVERSE | Jeon Jungkook, el alfa popular, hace una apuesta para conquistar al omega Kim Taehyung. Pero cuando los sentimientos entran en juego, las reglas cambian.