Capítulo 7

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La mañana siguiente, el sonido insistente del teléfono despertó a Jungkook. Con los ojos aún pesados por el cansancio, se frotó el rostro mientras contestaba, y la cálida voz de Taehyung al otro lado de la línea lo sacó de su somnolencia.

—¿Hola? —murmuró Jungkook, tratando de sonar más despierto de lo que estaba.

—¡Buenos días! —la voz de Taehyung sonaba alegre—. Pensé que podríamos pasar la tarde juntos. Mis padre tuvo que salir por trabajo, así que... bueno, si no tienes planes, ¿te gustaría venir?

Jungkook se quedó en silencio por un momento, sorprendido por la invitación. A pesar de lo que sentía por dentro, no podía rechazar la oportunidad de estar con Taehyung.

—Claro, me encantaría —respondió, intentando que su voz no revelara su estado emocional.

Horas después, cuando Jungkook llegó a la casa de Taehyung, intentó recomponerse, pero el rastro de su noche de llanto era innegable. Sus ojos estaban hinchados y el agotamiento emocional aún lo pesaba. Al abrir la puerta, Taehyung lo recibió con una sonrisa, pero su expresión cambió al instante cuando notó el rostro de Jungkook.

—¿Estás bien? —preguntó Taehyung con preocupación, sus cejas fruncidas en una suave expresión de angustia mientras examinaba el rostro de su alfa. No pudo evitar sentir un nudo en el estómago al ver a Jungkook tan vulnerable.

—Sí... solo dormí mal anoche —mintió Jungkook, evitando el contacto visual. Sabía que no podía engañar a Taehyung tan fácilmente, pero no quería cargarlo con sus problemas.

Sin embargo, Taehyung no se dejó convencer. Se acercó un poco más, posando una mano suave en el brazo de Jungkook, transmitiéndole una calma silenciosa.

—No tienes que fingir conmigo, Jungkook —murmuró, su voz suave pero llena de sinceridad—. Si algo te está preocupando, puedes decirme. Estoy aquí para ti.

El corazón de Jungkook se tensó ante la ternura de Taehyung. La forma en que sus ojos lo miraban con una mezcla de comprensión y preocupación lo hizo sentirse aún más pequeño, como si sus inseguridades fueran aún más evidentes. Pero al mismo tiempo, sentía un calor reconfortante emanando de su omega, algo que le daba fuerzas.

—Es complicado... —admitió Jungkook, su voz apenas un susurro. Miró hacia abajo, evitando los ojos de Taehyung—. A veces siento que no soy suficiente. Que no puedo ser el alfa que mereces.

Taehyung frunció el ceño, sorprendido por la confesión. Sin soltar el brazo de Jungkook, lo atrajo hacia dentro de la casa, cerrando la puerta tras ellos.

—Ven —dijo con suavidad, llevándolo hacia el sofá—. Hablemos.

Una vez sentados, Taehyung giró para mirar a Jungkook directamente, sus ojos reflejando solo cariño y comprensión.

—No tienes que ser perfecto —susurró, entrelazando su mano con la de Jungkook—. No te exijo eso. Solo quiero estar contigo. Eso es lo que importa.

Taehyung, se inclinó hacia Jungkook y, con ternura, le dio un suave beso en los labios. Fue un gesto sencillo, pero lleno de significado, como si con ese contacto sellara la confianza que había depositado en su alfa.

Jungkook correspondió al beso con delicadeza, sintiendo el calor de los labios de Taehyung y el peso emocional que habían compartido. Cuando se separaron, ambos sonrieron.

—¿Qué te parece si preparamos algo de comer? —sugirió Taehyung, rompiendo el silencio con un tono más liviano, sus ojos brillando con una nueva energía.

Jungkook asintió con una sonrisa, agradecido por el cambio de atmósfera. —Suena perfecto. Tú decides el menú, yo seré tu ayudante.

Ambos se dirigieron a la cocina, la calidez del espacio y la cercanía entre ellos llenaban el ambiente mientras buscaban los ingredientes, compartiendo risas y pequeños gestos de complicidad. Juntos, en esa pequeña cocina, construían recuerdos que los unían aún más.

DILEMMA | KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora