Ya no hablamos igual, todo es cotidiano, me siento como naufrago en medio del mar, tratando de volver pero sin saber como.
-me siento deprimido.
-¿que tienes amor mío? No me gusta verte así.
-ni yo se que es lo que tengo-es algo complicado de decir, pues teniendo varios problemas el principal es ella, es mi todo.-a nadie le gusta estar así, y mucho menos ver a alguien que amas estarlo, pero tranquila amor no pasa nada.
-sobre el miércoles, no se si quiero verte, si quiero pero no quiero ver a nadie. Te amo mucho, ¿lo sabías?
En ese momento sentí como un rayo traspasaba mi mente, llenándola de ideas sin sentido sobre ella, sobre la persona que me hace sentir especial, sobre aquella persona que me apoya incondicionalmente, a quien me a demostrado que amar no es un sustantivo, si no un verbo; quien llegó en el momento más oportuno, en el momento en el que me sentía sólo y sin ánimos de seguir, quien llegó sin que la buscara, quien de un momento a otro dio un giro a mi mundo, con quién soy yo mismo, con quien por fin perdí el miedo, quien es mi pensamiento más profundo, quien me ayudó a reír una vez más; que estúpido al hacerme ideas falsas sobre ella.
Llegaron los celos, y sentimientos que me hacían recordar relaciones anteriores. Estúpidamente comparé todo lo que es distinto para mi, con la hipocresía que ya había vivido.
