El cielo se encontraba en esa etapa en la que el azul se transformaba en una escena dorada, indicando que dentro de poco caería la noche.
La brisa se sentía fresca, lo cual fascinaba a Isidoro y a Gustabo, quienes hasta hace poco no tenían el lujo de sentir estos pequeños placeres cotidianos del día a día, Amancio por otro lado era oblivio a todo esto.
Los tres se subieron al patrulla en rumbo a comisaría para terminar su turno después de un agotador día de trabajo y mientras Gustabo conducía, pensaba en el avance de sus compañeros, estos tenían una conversación entre bromas. El de más alto rango miró un momento a través del retrovisor interior y su corazón dio un vuelco por un segundo.
Por un momento juró ver a su compañero de característica cresta en vez de a Isidoro.
Inmediatamente sintió escalofríos subir a través de su espina dorsal y sudor frio cubrir su frente. Y es que, en realidad Gustabo no tenía ni idea del paradero de Horacio, nunca se había atrevido a preguntar, le contaron como disparó a Volkov y le contaron como intentó acabar con Conway, siendo estos dos intentos fallidos, pero, ¿Y si a Horacio le había pasado algo por su culpa?
No, simplemente no podía preguntar, no podía saberlo. En caso de que Horacio estuviese muerto por su culpa, no podría vivir sabiendo esa información y por el contrario, si estaba vivo lo más probable es que le odiase por lo que había hecho y prefería mantenerse alejado de él, por lo que prefería simplemente vivir en la ignorancia.
Gustabo no solo conoció a Isidoro en el hospital, también había conocido la aprensión, la culpa y lo más importante que carcomía sus pensamientos cada noche antes de irse a dormir, su miedo a decepcionar.
Realmente esto no era nada nuevo, por ejemplo, Gustabo siempre tuvo miedo a decepcionar a Conway desde el momento en el que le conoció y le empezó a ver como la figura paterna que nunca había sabido que necesitaba. Él deseaba que el mayor se sintiese orgulloso de él, pero cuando este solo respondía a sus intentos con porrazos e insultos, Gustabo se sintó extremadamente frustrado aunque le costase admitirlo. Todo empeoró cuando murió Torrente y no obtuvieron asistencia psicológica o siquiera un par de días de baja para procesarlo todo, este trauma resultó en un punto de inflexión en su vida en el que cada día sentía que perdía mas la cabeza.
Cuando en el hospital le dijeron que este era su padre, no estaba feliz, definitivamente ahora Jack le debía odiar y lo que en un pasado habría sido una gran noticia para el rubio ahora se sentía como una broma sádica y cruel hecha para confundirlo aún más, pero en su tiempo en el hospital pudo asimilarlo y consiguió sentirse un poco esperanzado acerca del tema.
Cuando Conway fue a por él en el hospital junto con Freddy, se sintió abrumadoramente confuso y emocionalmente devastado cuando el Super Intendente decía que no eran familia. No solo eso, sino que además sintió que Conway no se encontraba ni un 1% feliz de verle, parecía que Gustabo había viajado a un día random 4 años en el pasado, pues el mayor lo trataba con el mismo desprecio de siempre, incluso se permitía hacer chistes de doble filo como llamarlo ''payaso''.
Aunque no lo culpaba, ¿ quién querría que tu hijo, por quien tanto has llorado, fuese el hijo de puta que te ha intentado matar? seguro que Conway no estuvo nada contento de saber que era su hijo y decidió hacer como si nada, decepcionándolo otra vez.
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''Clean slate'' Gustabo García
FanfictionGustabo había salido del hospital psiquiátrico, todo debería estar bien, si no fuese porque de nuevo su mente sería su peor enemigo. (oneshot) Historia también disponible en AO3!! ପ(๑•ᴗ•๑)ଓ ♡