Capitulo 4

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No puedes evitarlo para siempre.

¨Yo le llamo arte a todo aquello que de alguna manera nos devuelve la vida¨

—Elena poe


Henson.

Sonaba mucho mejor en voz alta de o que me había imaginado.

Aunque ahora seguro que me odiaba, había dado un paso más con ella.

¡Ya me conocía!

El unico problema era que la noche más fantástica que había pasado, con la chica más asombrosa que jamás había conocido, iba ebria.

Dudaba mucho que recordará lo que hablamos, el como me llamo y lo tan nervioso que me habría visto.

Recuerdo haber entrado a la habitación emocionado. Después una sensación extraña recorrió toda mi espina dorsal cuando se giró.

Me encantaría decir que fue por el fugaz sentimiento de ilusión, pero había sido por por las lagrimas que le recorrían alrededor de sus mejillas hasta caer de su barbilla.

De inmediato me arrepentí por haber entrado.

Aun no había pasado ni un segundo y ya había echo algo mal, lo peor era que no sabia el que.

Al final intente acercarme un poco más a ella. Y de verdad había sido la mejor decisión que había tomado en mucho tiempo.

Esa noche dudaba si Henson recordaría algo.

Y no me molesta admitirlo.

Había algo exquisito en la sensación que provocaba el tan solo pronunciar aquel nombre.

Henson...

Mi palabra favorita, de mi persona favorita.

Aun ahi dentro de mi habitación podía oler ese aroma característico de ella. La veía en cada rincón que estuvo aquella noche. Aun escuchaba su voz cuando conversamos estando en la cama.

La distancia está vez había sido perfecta.

Tenia la mejor vista de ella. Esos ojos marrones me eran aún mas difícil olvidarlos. Sus largas pestañas y el color rojizo de sus labios eran una perfecta combinación.

Recuerdo que esa noche no dormí casi nada por la emoción.

Y quería repetirlo.

Quería poder volver a verla y hablar con ella. Estaba seguro que sería feliz con tan solo escuchar esa voz.

—¿Estás ahí? —pregunto Hans, al otro lado de la puerta, seguido de unos golpes.

—¡No lo creo!

—Tienes que bajar, ahora. —demando, serio—. O escapar mientras puedas.

—Ahora voy.

Ignorando el echo de que Hans siempre habría la puerta sin tocar, me levante pesadamente de la cama.

Cerré los ojos buscando paciencia antes de bajar. Muy probablemente estaría Daniel con otra lista de invitados inexistentes para el día siguiente.

Una vez listo, salí de la habitación y baje las escaleras.

Me desconcertó un poco que no estuviera Daniel al final de las escaleras, sin embargo las puertas de la cocina estaban abiertas de par en par.

Entonces me llego ese olor familiar.

De inmediato mi estómago se revolvio y fui consciente de los pasos que di hasta estar dentro de la cocina.

Desde el momento en que entre podia ver todo en camara lenta. Vi primero a Hans, estaba apoyado en el refrigerador con ambos brazos cruzados, al otro lado vi a mamá, tenía esa sonrisa que te aseguraba que todo iba a estar bien aunque no fuera así.

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2024 ⏰

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