2. Kevin Alvarez

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POV. Laura

Sus besos en mi cuello me estaban matando.

-Kevin, basta. Sabes que tengo que irme, a él no le gusta que llegue tarde-. Comente apartandolo un poco.

-Solo un rato más-. Hizo un puchero.

-Ya llevo mucho tiempo aquí.

-Bien, te llevo?-. Se puso de pie no muy contento.

-Si Kevin, por favor-. También me puse de pie.

Tomados de la mano salimos de su edifico camino a su auto.

La mayor parte del camino la pasamos entre besos y caricias.

-Aquí esta bien, Kevin.

Comente a una calles del fraccionamiento de mis suegros.

-No quieres que te acerque más?

-No está bien así, no quiero que el vigilante nos llegue a ver y le diga a Ricardo o a sus papás.

-Esta bien, cuídate mucho.

-Sabes que si.

Nos acercamos a besarnos de la manera más desesperada. Pero no sabia cuando más podría escaparme con el de nuevo.

Baje de su auto y comencé a caminar, de camino iba arreglando mi ropa y maquillaje.

Llegue hasta el fraccionamiento y el vigilante me dejo pasar sin preguntar nada.

Camine un poco más hasta la casa de mis suegros donde ya me esperaban.

Toque el timbre y espere a que me abrieran.

-Hola, cielo-. Saludo mi novio.

-Hola-. Nos dimos un corto beso.

-Pasa, por favor.

Y así lo hice, su mano se posó en mi espalda baja guiándome hasta la sala de la casa.

-Querida-. Saludo falsamente mi suegra.

Me acerque a darle un beso en la mejilla.

-Llegas tarde-. Recalcó.

-Ah si, solo que los proyectos en la universidad me están matando y ni se diga de los casos en el despacho-. Comente mintiendo.

Sonreía internamente ante esos dichosos "proyectos", en mi mente solo estaba Kevin.

-Ya me imagino-. Hablo de nuevo.

-Bueno, pero pasemos al comedor-. Comentó ahora mi suegro.

Todos acatamos su orden y nos dirigimos al comedor.

Durante la comida se sentía el ambiente tenso e hipócrita, mi suegra se la vivía criticandome. Ante sus ojos no podía hacer nada bien y era algo que comenzaba a hartarme.

Lo que más me molestaba era que mi novio no hiciera nada, solo era un niño manejado por su madre. No sería nada en la vida sin sus padres.

-Y cuando te graduas?

-En seis meses, suegra.

Sabia perfectamente que le molestaba la universidad en la que estaba solo porque no era de paga.

-Por fin saldrás de ese mugrero-. Comentó en un susurro lo suficiente fuerte para que escuchara.

El ambiente cambió y se hizo un silencio incómodo. Mi apetito se había esfumando.

La cena se extendía cada vez más y se hacia aún más aburrida. No podía meterme a la platica porque inmediatamente mi opinión estaba mal, según mi suegra.

One shots (liga mx) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora