Otro mundo... Es algo loco a decir verdad, algo que podría considerar imposible antes pero ahora no hay dudas de eso, estoy en otro mundo...
Si, lo sé, me oigo muy extrañamente tranquilo, pero después de casi morir a manos de una deidad....
Aunque...
La mañana de la nación del vino y la poesía iniciaba con relativa tranquilidad, los habitantes de la misma comenzaban a transitar las calles de Mondstadt, los negocios abrían sus puertas ansiosos por recibir clientes y los caballeros de Favonius iniciaban sus rutinas de patrullaje diario.
Todo iba relativamente normal dentro de lo que cabe para esta gente, hace miles de años los tiempos de esclavitud habían terminado gracias a su Arconte y estaban en una época de paz, sin embargo, eso es tema para otra ocasión.
El interés mutuo, tuyo como lector y mío como narrador, está precisamente ubicado en la Catedral de esta ciudad.
[...]
Se puede apreciar al albino postrado en una cama, lentamente abrió sus ojos, pero tenía la mirada perdida en el techo, su cerebro a pesar de haber despertado aún no parecía estar en órbita completamente.
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Isaac: Uhhhh.
El recién levantado albino expreso un leve quejido y de la nada escucho algo caerse, giró ligeramente el cuello y vio a una jovencita rubia con un vestido blanco y dos coletas al lado de la cama que lo observaba en shock.
???: ¿De-desperto?, espere por favor, debo avisarle a mi padre!
Sin decir más, ella salió a toda prisa y se fue en otra dirección mientras que Isaac a duras penas escuchó lo que dijo, hizo el intento de moverse para sentarse en la cama pero le fue imposible, aparte de eso, su garganta estaba seca a más no poder, quería agua.
Se quedó observando el techo sin tener conciencia de hace cuánto se fue esa niña rubia.
Pero eso no era lo más importante, no, lo más importante era:
Isaac: (Estoy vivo).
Aquel pensamiento lo dejó realmente impactado, su cerebro ya estaba entrando en orbita y por ende los pensamientos comenzaban a fluir poco a poco.
Su mirada se perdió en la habitación donde se encontraba, procesando el hecho de que no pasó a mejor vida. Una expresión complicada apareció en su rostro, como una especie de sonrisa triste.
Isaac: (Soy como una cucaracha).
Fue el pensamiento fugaz que paso por un momento antes de que una lágrima brotará de uno de sus ojos, luego otra y otras más.
*Sniff* *Sniff*
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