Soobin decidió que viviría como humano.
Ya no tenía sentido transformarse en búho, y era mejor así. Las cosas que podía hacer con Yeonjun ahora eran tantas que estaba emocionado por empezar.
Sin embargo, había un pequeño problemita: Soobin no estaba muy acostumbrado a su cuerpo, por lo que tenía cierta torpeza. Era como un niño pequeño que sabía caminar pero aún no lo dominaba al 100%.
Lo que sí puede hacer a la perfección es volar, pero Yeonjun le había regañado por volar dentro del hogar y haber roto un jarrón sin querer, por lo que ir volando a todos lados no era una opción.
Por eso ha estado practicando en secreto, intentando coordinar bien sus pies para no tropezar como siempre hacía cada vez que caminaba durante un largo periodo de tiempo.
Claro, al intentar mejorar rápido tropezaba incluso más que antes, en especial cuando corría o subía las escaleras.
Sus rodillas estaban completamente lastimadas por ello, y aunque intentó que no se notara, Yeonjun era más observador de lo que creía. Durante el desayuno le preguntó cómo se había hecho daño y Soobin respondió vagamente, evitando tener que mencionar la —según él— ridícula situación.
Es por esto que Yeonjun, no contento con la respuesta, lo vigiló un poco pensando que tal vez Soobin se había metido en líos con los animales del bosque, y le preocupaba que este saliera más lastimado.
Muy contrario a lo que creía, pilló al pelinegro detrás de la casita corriendo adorablemente con pasitos cuidadosos, intentando ir recto mientras alzaba los brazos para mantener el equilibrio. Le hizo sentir mucha ternura, y no pudo simplemente ignorarlo y hacer como que no había visto nada.
—¿Te cuesta coordinar los pies? —preguntó con una linda sonrisa al salir de su escondite (detrás de un arbusto).
—iYeonjun! —Soobin perdió el balance por la sorpresiva interrupción, haciéndolo caer fuertemente al suelo.
El rubio, preocupado, se acercó rápidamente—. ¿Estás bien?
—Y-yo... —quería que la tierra lo tragara. Intenta que Yeonjun solo vea su lado más genial, y su ridícula forma de correr no era para nada genial. Aunque ya lo vió, no tenía caso seguir ocultándolo—. Sí, me cuesta un poco... Pero he mejorado bastante.
Yeonjun se puso de cuclillas para estar a su altura—. ¿Es por practicar que tienes las rodillas así? —Soobin asintió con timidez, a lo que Yeonjun sonrió ampliamente—. Eso significa que realmente te has esforzado mucho, pero no me gusta que te hagas daño. ¿Me dejas ayudarte?
—¿De verdad quieres ayudarme? —su voz sonaba sorprendida.
—Claro —Yeonjun se levantó, poniendo sus manitas delante de Soobin esperando a que este las tomara para ayudarlo a levantarse, cosa que ocurrió—. Puedes usarme de apoyo para no caer. ¿Qué es lo que más se te dificulta por el momento?
—Subir y bajar escaleras.
Con esa respuesta, el ceño de Yeonjun se frunció—. ¿Has estado practicando eso tú solito? —al Soobin asentir, sintió unas inmensas ganas de regañarlo—. ¿Cómo se te ocurre hacer algo tan peligroso sin ayuda? ¿Sabes el daño que te puedes hacer si te caes por las escaleras? iRomperse un hueso es una horrible experiencia! —soltó bastante rápido, tanto que Soobin apenas comprendió algunas palabras. Aunque eso no evitó que se sintiera algo confundido por la preocupación del rubio.
—¿Uh? No me importa el daño.
—Me di cuenta. Pero esta bien, yo me preocuparé por tí.
—¿Por qué?
—Porque te quiero lo suficiente como para que no me guste verte herido.
Los ojos de Soobin se abrieron como platos, mostrando en ellos una adorable chispa que hizo que el labio de Yeonjun temblar al recordar cuando su amigo vivía como búho. Creyó que no volvería a ver esa tierna miradita, pero ahí estaba. Incluso se le hacía más tierno ahora que tenía un rostro de persona. Soobin cuenta con un cuerpo de escándalo, no lo puede negar, y este hacía un gran contraste con su lindo rostro casi similar al de un infante. O quizás era un efecto visual causado por sus ojos grandes, a saber.
—Estoy aquí para tí. No dudes en pedirme ayuda siempre que la necesites —dijo Yeonjun ahora mucho más tranquilo, finalizando con una tímida sonrisita—. Pero hoy no vas a seguir practicando —demandó.
Tras esas palabras, Yeonjun —aún sin haber soltado las manos de Soobin— lo jaló hasta dentro del hogar ante la confusa mirada del contrario. Aunque hubo un momento en el que este hizo amago de tropezar, pero Yeonjun rápidamente apretó el agarre antes de que ocurriera.
—Ups, cuidado —soltó divertido.
Una vez dentro del hogar, sentó a Soobin en cualquier silla y fue a buscar cremita de Aloe Vera hecha por él mismo, para luego sentarse en el suelo, justo frente a las piernas del pelinegro.
—¿Q-qué vas a hacer? —preguntó este algo avergonzado por la posición. Solo lograba ver esa linda cabellera rubia entre sus piernas, aunque con la pregunta Yeonjun alzó un poco la cabecita, haciendo también visible sus ojitos azules.
—Hidratar tu piel —respondió con simpleza, y antes de que Soobin pudiera decir algo, dió un brinquito al notar cómo Yeonjun ponía algo frío y viscoso en sus piernas, extendiéndolo con delicadeza. Al finalizar, plantó inocentes besitos en las rodillas de Soo—. Para que los moratones se vayan rapidito —canturreó.
Un leve rubor apareció en el rostro de Soobin, quien pensó que el que Yeonjun viera su lado más ridículo no fue tan malo después de todo. Valió la pena, gracias a ello pudo recibir ese trato especial. Aunque si los moratones fueran como él, duda que estos se vayan con besitos.
Él nunca se iría si Yeonjun lo besara con esa suavidad y delicadeza.
Olvidé advertirles que esta historia es MUY soft, así que estarán sintiendo ternura la gran mayoría del tiempo.
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˚ ꕨ 𓈒 𝐃𝖾𝖺𝗋 𝐓𝗈𝗐𝖾𝗋 - sᴏᴏᴊᴜɴ
Fanfictionㅤ ㅤㅤ ㅤ ㅤ 𐚁ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤֺㅤㅤ ㅤㅤ𝗗𝗘𝗔𝗥 𝗧𝗢𝗪𝗘𝗥 ㅤֺㅤㅤㅤ ﹙ sᴏᴏᴊᴜɴ ﹚ ㅤֺㅤ ㅤᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ ㅤ "El príncipe Yeonjun lleva años esperando a que el elegante y caballeroso príncipe mencionado en la maldición que se le fue estab...